El Transformador Del Mundo

Por David Feddes

¿Cuánta influencia puede tener una persona? Supongamos que te cuento sobre alguien que ha influido en la música más que nadie más en la historia de la música. Eso sería impresionante, ¿no? Supongamos ahora que te cuento que esa misma persona también sabía de escultura, pintura, arquitectura y literatura más que nadie otro. Eso puede parecer demasiado bueno para ser verdad.

Pero supongamos que voy más allá y te digo que si esta persona nunca hubiese existido, probablemente no existirían las computadoras, ni los aviones, ni los teléfonos, ni tendrías electricidad en tu hogar. ¿Podrías creer tal cosa? ¿Qué persona podría tener tal influencia en la música, el arte y la arquitectura, mientras al mismo tiempo podría proporcionar la base para la investigación científica y para la invención? Suena ridículo, ¿no es así? ¿Habría alguien que se atreviera a afirmar tal influencia, excepto por una persona demente--o quizás un político que no sabe cuándo dejar de alardear?

Sin embargo, realmente apenas he comenzado a enumerar todas las áreas en las que esta persona ha influido. Sin su influencia no existirían gobiernos elegidos libremente, ni ninguna constitución que limitara el poder del gobierno. Las personas comunes tendrían muy pocos derechos y libertades, muy escasas oportunidades de educación, y muy pocas oportunidades económicas. Sin su influencia, la esclavitud sería común. La mujer podría ser considerada más como una propiedad que como una persona. La vida familiar sería mucho peor de lo que es.

Sería común asesinar a las viudas cuando un esposo muriera. Sería habitual que las niñas recién nacidas y los discapacitados fueran abandonados para morir de hambre o para convertirse en presa de animales salvajes. Sería común matar a los ancianos o dejarlos morir de hambre cuando no pudieran cuidar de sí mismos.

Sin la influencia de esta persona, pocos, o si acaso ningún hospital existiría. Pocos, o si acaso ningún colegio y universidad podrían existir. Miles de millones menos de personas serían capaces de leer y escribir. De hecho, miles de millones de personas menos vivirían.

¿Cualquier simple persona podría ser tal transformador del mundo? ¿Podría el mismo hombre cambiar las bellas artes, la ciencia, el gobierno, la economía, la educación, las relaciones familiares, y todas las esferas de la civilización? Suena loco, casi tan loco como un hombre que dice ser Dios. Pero, de hecho, ese es de quien estoy hablando: Jesucristo, el hombre que afirmaba ser Dios.

Puede que no seas consciente del impacto que Jesús ha tenido sobre las cosas que he mencionado. Pero estas cosas no están tan alejadas de la realidad; son hechos firmes. Incluso algunos pensadores y eruditos que no creyeron en Jesús como Dios, reconocen que Cristo ha cambiado el mundo más que nadie que haya vivido, y que el cristianismo ha influido decisivamente en todas las cosas que he mencionado y más allá de ellas. En este artículo y en los siguientes, examinaremos los hechos sobre las áreas transformadas por Cristo, el transformador del mundo.


¿Cómo Lo Hizo?

Antes de entrar en detalles, primero hagámonos la pregunta general: ¿cómo lo hizo?

Durante su tiempo en la tierra, Jesús no produjo ninguna gran obra arte o alguna obra arquitectónica. No compuso pieza musical alguna, ni escribió libros. No ostentó ningún puesto de gobierno. No propuso ninguna teoría científica nueva o inventó alguna nueva tecnología. Jesús no dio inicio a ningún hospital o universidad. No comenzó ningún programa de alfabetización. No lideró un movimiento político para liberar a los esclavos y mejorar la condición de la mujer. No tuvo esposa o hijos.

Y, sin embargo, este hombre que nunca encabezó una familia propia, transformó la vida de miles de millones de personas. Este hombre que nunca dirigió una rebelión de esclavos o un mitin a favor de las mujeres, trajo dignidad y libertad a un número incontable de mujeres y esclavos. Este hombre que nunca publicó ninguna página de su propia autoría, produjo a las civilizaciones más alfabetizadas y educadas del mundo. Este hombre que nunca fue profesor, investigador o inventor, propagó una forma de pensar que hizo posible que la ciencia floreciera. Este hombre que nunca fue abogado y que nunca ocupó un puesto en el gobierno, estableció un marco de leyes justas y la libertad humana. Este hombre, que no produjo obras artísticas maestras, se convirtió en la inspiración del mejor arte y literatura sobre la tierra.

¿Cómo lo hizo Jesús? ¿Cómo cambio tantas áreas distintas de la vida humana y de la cultura? Lo hizo sin hacer de cualquiera de estas cosas su enfoque principal. Lo hizo conectando a las personas con Dios, la fuente de todo florecimiento humano. Lo hizo para traer el reino de amor, de verdad, de belleza y de poder de Dios para influir en la vida de una persona tras otra. Lo hizo mediante el cambio de las personas de adentro hacia afuera: él cambió sus corazones y cambió su cultura. Jesús no cambió el mundo de una sola vez. Lo cambió a través de pequeños puntos de partida y de un crecimiento constante, a través de la influencia oculta pero siempre extendida de la realeza de Dios, que se encarnó en la persona misma de Jesús y se propagó desde él mismo hacia los demás.

Jesús dijo, "¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas."

Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado" (Lucas 13:18-21).

Cuando Jesús comparó el reino de Dios con una pequeña semilla, él era un vagabundo en banca rota viviendo en una zona asolada por la pobreza de un país débil ocupado por un ejército extranjero. Jesús era un desconocido para los poderes dominantes del mundo y para los principales pensadores, y sus seguidores eran unos desconocidos de clase inferior. Jesús y su grupo se veían tan pequeños e insignificantes como una pequeña semilla yaciendo oculta en la suciedad. Pero Jesús declara que esta semilla del reino de Dios habría de crecer y ramificarse, volviéndose tan importante y beneficiosa que un sinnúmero de personas y naciones enteras podrían anidar y encontrar refugio en sus ramas. Parecía poco probable en ese momento, pero eso fue exactamente lo que sucedió.

La comparación con la levadura expone un punto similar: un poquito hace una gran diferencia. Cuando una mujer hace masa para pan, utiliza mucha harina y sólo un poco de levadura. Cuando la levadura se mezcla con la harina, ya no es visible. Sin embargo, de algún modo, la levadura afecta a todo el bulto de masa. De la misma manera, el reino de Dios en Cristo comienza pequeño e invisible. Trabaja gradualmente y secretamente, rara vez aparece en las primeras planas. Pero lo invisible resulta ser invencible. Nada puede detener su fermentación y difusión hacia más y más áreas de la vida, y a hacia más y más esferas de la cultura. Cuando Dios se hizo hombre en la persona de Jesús, la levadura de la vida de Dios y su poder entraron en la masa de este mundo. La levadura de la vida de Cristo se ha ido extendiendo a través de la hogaza de la humanidad desde entonces. Cuando la levadura del Evangelio de Cristo entra a tu vida, afecta cada parte de tu vida. Cuando la levadura del Evangelio de Cristo entra en un país y en una civilización, afecta todos los ámbitos de la cultura. No lo hace de manera instantánea o violenta, sino poco a poco y en silencio. Se requiere de tiempo para que el pan se fermente, y se requiere de tiempo para que el cristianismo transforme la cultura. Pero a través del tiempo, la levadura de Cristo para transformar al mundo ha mostrado su poder.


Crédito Cultural

Jesús merece el crédito por todo tipo de cosas de las que muchas personas no son conscientes. ¿Cómo sería este mundo sin Cristo? ¿Qué hubiese pasado si Jesús nunca hubiese nacido? Esa es una pregunta fascinante, y es el título de un libro fascinante de D. James Kennedy y Jerry Newcombe. El libro describe "el impacto positivo del cristianismo en la historia" y muestra que "de nunca haber nacido Jesús, este mundo sería mucho más miserable de lo que es." Otro libro útil para comprender el impacto de Cristo en el mundo es El Cristianismo a Prueba: Argumentos En Contra Del Fanatismo Anti Religioso del Vincent Carroll y David Shiflett. Un tercer libro, y el más detallado de todos, se titula Bajo La Influencia: Cómo Transformó El Cristianismo La Civilización, por el profesor de sociología, Alvin J. Schmidt. Los tres libros describen el enorme impacto de Cristo, el transformador del mundo, en la esfera de una vida tras otra, y los tres libros han contribuido mucho a los artículos que he escrito sobre este tema.

El historiador Paul Maier señaló, después de leer el libro de Alvin Schmidt sobre cómo transformó el cristianismo la civilización, que quedó profundamente impresionado y dijo que otros lectores estarían "asombrados de cómo muchas de nuestras instituciones y de nuestros valores actuales reflejan un origen cristiano".

No sólo un número incontable de vidas, sino la propia civilización fue transformada por Jesucristo. En el mundo antiguo, sus enseñanzas elevaron las normas brutales de moralidad, detuvieron el infanticidio, mejoraron la vida humana, emanciparon a la mujer, abolieron la esclavitud, inspiraron obras benéficas y organizaciones de ayuda, crearon hospitales, establecieron orfanatos y fundaron escuelas.

En la época medieval, el cristianismo casi por sí solo mantuvo viva la cultura clásica a través de la reproducción de manuscritos, la construcción de bibliotecas, la moderación de la guerra mediante días de tregua, y la prestación de arbitraje en medio de disputas. Fueron los cristianos aquellos que inventaron los colegios y las universidades, dignificaron el trabajo como una vocación divina, y extendieron la luz de la civilización hacia los bárbaros en las fronteras.

En la época moderna, la enseñanza cristiana puso de manifiesto correctamente la ciencia avanzada, inculcó los conceptos de libertad política, social y económica, fomentó la justicia, y proporcionó la mayor fuente de inspiración de magníficos logros en el arte, la arquitectura, la música y la literatura, los cuales apreciamos hasta el día de hoy...

En un clima de multiculturalismo y en su mandato de "buscar la verdad en todas las religiones del mundo", apenas es políticamente correcto decir esto, pero después de leer este libro, debo hacerlo: ninguna otra religión, filosofía, enseñanza, nación, movimiento-o cualquier otra cosa-ha cambiado el mundo para bien como lo ha hecho el cristianismo.

No todas las culturas son iguales. Algunas culturas son mejores que otras, y las mejores culturas en la tierra son las que más han sido influenciadas por Cristo y por la Biblia. Si eso suena arrogante, lo siento, pero es un hecho. El multiculturalismo finge que todas las culturas son iguales, independientemente de que religión se haya plasmado en la cultura. Pero, afirma el economista Thomas Sowell,

Quienes dicen que todas las culturas son iguales nunca explican por qué los resultados de esas culturas son tan manifiestamente desiguales. Cuando algunas culturas han conseguido mucha mayor prosperidad, una mejor salud, una vida más larga, tecnología más avanzada, el gobierno más estable y una mayor seguridad personal que otras, ¿todo esto ha sido sólo coincidencia?

Si todas las culturas son iguales, ¿por qué tantas personas abandonan países dominados por religiones no cristianas, a fin de vivir en países donde el cristianismo históricamente ha tenido mayor influencia? Si todas las culturas son iguales, ¿por qué los países comunistas fundados en el ateísmo tienen que construir muros para evitar que las personas se vayan a otros países? Ningún país del mundo es perfecto y ninguna cultura es completamente cristiana, pero es un hecho que las culturas son mejores cuando la semilla del reino de Cristo ha estado creciendo durante un periodo de tiempo mayor y cuando la levadura del cristianismo se ha abierto paso con mayor profundidad hacia todos los aspectos de la cultura.

Hay una historia acerca de un soldado norteamericano durante la II Guerra Mundial quien se reunió con un nativo en una isla remota. El nativo podía leer y sostenía una Biblia. Cuando el soldado americano vio la Biblia, le dijo, "Nosotros, las personas educadas ya no depositamos mucha fe en ese libro." El nativo, que era de una tribu de ex caníbales, respondió: "Bien, es bueno que nosotros sí, o de lo contrario tu hubieses sido devorado por mi pueblo el día de hoy". No todas las culturas son iguales.


¿Quién Lo Hizo?

En otras partes de esta serie, ahondaremos en descripciones más minuciosas sobre las diversas áreas de la cultura en las que Cristo cambió el mundo para bien. (Puedes solicitar copias impresas gratuitas para uso personal o leerlas en línea en BacktoGod.net.) Por ahora demos un vistazo a un rápido ejemplo sobre los grandes avances y veamos quienes los hicieron.

Las personas en el Imperio Romano se entretenían viendo a los gladiadores luchar y matarse unos a otros. Un hombre valiente, a costa de su propia vida, le puso fin a la carnicería. ¿quién lo hizo? Un monje cristiano llamado Telémaco.

En todo el mundo antiguo era común abortar niños no deseados o, si fallaba el aborto, era común abandonar a los bebés en lugares apartados, exponiéndolos a la muerte o a ser devorados por los animales. Pero un grupo de personas buscaban a muchos de estos bebés, los llevaban a casa, los atendían, los amaban y los criaban como a sus propios hijos. ¿Quiénes lo hicieron? Los cristianos. Y actualmente todavía los cristianos son líderes en cuanto al respeto hacia los niños por nacer y en adoptar a los bebés que otras personas no quieren.

¿Quiénes redactaron la Carta Magna, aquel gran documento que limitaba los poderes reales, y que establecía los derechos fundamentales? El Arzobispo de Canterbury fue una influencia muy importante. ¿Quien escribió el Pacto del Mayflower, la primera Constitución escrita de los Estados Unidos? Los peregrinos cristianos, deseosos de servir a Cristo en lo relacionado a la libertad. ¿Quién fue el maestro de James Madison, el principal autor de la Constitución de los Estados Unidos? John Witherspoon, pastor cristiano. ¿Quién estableció los principios económicos de la libertad de empresa? Un cristiano llamado Adam Smith.

La mayoría de las escuelas públicas ya no les enseñan tales hechos a los estudiantes, pero los hechos todavía son hechos. A pesar de la corrección política y del multiculturalismo, sigue siendo cierto que la libertad y los derechos humanos han florecido más en los países influenciados por el cristianismo. Ningún país es perfecto, y ningún sistema político o económico es totalmente cristiano--pero la semilla y la levadura de Cristo ciertamente han hecho que algunas naciones sean mejores lugares para vivir que otros. 

¿Quiénes comenzaron con los primeros hospitales? Los cristianos lo hicieron. ¿Quién fue el pionero de la enfermería moderna? Un cristiano llamado Florence Nightingale. ¿Quién comenzó con la Cruz Roja Internacional? Un cristiano llamado Henry Dunant. ¿De quién fueron los descubrimientos sobre las bacterias que abrieron el camino para los principales avances médicos? De un cristiano llamado Louis Pasteur. ¿Quién fue el pionero de una cirugía más segura a través de instrumentos estériles? Un cristiano llamado Joseph Lister.

¿Quién inventó la imprenta e hizo que los libros estuvieran disponibles para las masas? Un cristiano llamado Johannes Gutenberg--y el primer libro impreso fue la Biblia. ¿Quiénes iniciaron las grandes universidades del mundo, como Oxford, París, Heidelberg? Los cristianos lo hicieron. ¿Quiénes iniciaron las grandes universidades de los Estados Unidos, como Harvard, Yale, y Princeton? Los cristianos lo hicieron. ¿Quiénes promovieron que las escuelas les dieron oportunidades educativas a todos los niños y no sólo a la élite? Los cristianos lo hicieron. ¿Quién inventó el lenguaje de señas para las personas sordas? Un sacerdote francés. ¿Quién desarrolló el alfabeto estándar de puntos elevados que les permite leer a las personas ciegas? Un cristiano llamado Louis Braille.

¿Quiénes fueron los pioneros en los mayores avances de los descubrimientos científicos? Personas cristianas, o cuya visión de la realidad había sido modelada por conceptos cristianos. Aquellos que creen en distintos dioses no buscan un orden racional en el mundo. Las personas cuya religión les enseña que las cosas físicas sean irreales o malas no se molestarían en estudiar la realidad física. Pero la gente que creyó que Dios creó y ordenó el universo pensaron que podían aprender algo de ese orden, y las personas que creyeron que el mismo Cristo se convirtió en un ser físico, sabían que el mundo físico debía de ser real y valioso. Sin tal confianza, no hubiera existido ningún Copérnico, Galileo, Newton, o Pascal. No contaríamos con la ciencia moderna tal y como la conocemos, y las muchas invenciones increíbles que disfrutamos nunca hubieran existido.

¿Quiénes inventaron la armonía musical de cuatro partes? Los coros cristianos. ¿Quién fue el primer hombre en tocar los instrumentos de teclas con los cinco dedos? Un cristiano llamado Johann Sebastian Bach, quien también es considerado por muchos el mejor músico de todos los tiempos.

En cuanto a la literatura, apenas puedo comenzar a hablar de la influencia de Cristo y de la Biblia. Digamos simplemente que, sin Cristo, no tendríamos las obras de Chaucer, Shakespeare, Milton, Bunyan, Tolstoy, Dostoyevsky, o Tolkien. Charles Dickens declaró que la historia más grande de toda la literatura mundial es la parábola del hijo pródigo de Cristo. Ya sea que otras personas estén de acuerdo con ello, el hecho es que, sin Cristo, gran parte de la literatura más grande del mundo, simplemente no existiría.

Esta es sólo una muestra rápida de la repercusión de Cristo sobre la cultura y la civilización. Cristo cambia a las personas, y su pueblo cambia el mundo. Las mentes guiadas por la verdad de Cristo y los corazones motivados por el amor de Cristo han crecido como semilla y se han propagado como levadura, por lo que no hay ninguna otra persona en la historia cuya influencia pueda compararse con la influencia de Cristo, el transformador del mundo. Como alguien escribió alguna vez, "Todos los ejércitos que jamás hayan marchado, todas las armadas que jamás hayan navegado, todos los parlamentos que jamás se hayan reunido, todos los reyes que jamás hayan reinado, juntos, no han afectado la vida del hombre en esta tierra, tanto como esa sola vida".


Buscad Primeramente Su Reino

Aquellos de nosotros que estamos en lugares que han heredado las bendiciones culturales de la influencia de Jesús, debemos honrar y agradecerle a Cristo por dichas bendiciones. Debemos buscar la transformación personal y la relación con Dios, quien es el poder secreto detrás de esas bendiciones. Y en una época en la que muchos individuos y culturas se están alejando de su herencia cristiana, debemos tener cuidado de un nuevo barbarismo que se pierde de las bendiciones culturales del cristianismo y de las bendiciones de la salvación eterna.

Ha habido personas que reconocen que una influencia cristiana mejora enormemente a las personas y a las culturas pero que no confían en Cristo o no someten a él su propia vida. Por ejemplo, en 1800 un periódico británico estaba criticando duramente a los misioneros cristianos en el extranjero por intentar cambiar a las personas de otras culturas. En respuesta a las críticas, Charles Darwin le escribió una carta al editor a favor de los misioneros. Darwin dijo que, si un viajero fuera arrojado a tierra en alguna isla inexplorada, desearía que los misioneros hubieran estado allí en primer lugar. Aun así, aunque Darwin reconoció el poder civilizador del cristianismo, él personalmente no creyó en Jesús como el Hijo de Dios y no tomó la Biblia como la Palabra de Dios.

Es una tragedia conocer las múltiples ventajas de la fe en Cristo y, sin embargo, no confiar en Cristo. Vivimos en un mundo que es mucho mejor de lo que habría sido si Jesús no hubiera llegado nunca, pero como el mismo Jesús preguntó, "¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" Los beneficios culturales de Cristo son sólo indicios del nuevo mundo perfecto que él traerá cuando venga de nuevo con poder y la gloria. Nunca vamos a entrar en ese mundo perfecto salvo que nos dirijamos a Cristo en este mundo. Jesús dice, "Yo hago nuevas todas las cosas" (Apocalipsis 21:5). Pero antes de que puedas disfrutar de todo lo hecho nuevo por la eternidad, Cristo debe hacerte nuevo.

La única manera en la que puedes ser hecho nuevo no es en primera instancia a través de intentar mejorar este o aquel aspecto del mundo, sino al arrepentirte de tus pecados, renunciar a tu capacidad para salvarte a ti mismo o a tu capacidad de cambiar el mundo, y en lugar de ello, confiar en la muerte de Jesús para pagar por tus pecados, contar con su vida para darte vida eterna, buscar su dirección para dirigir tu conducta, y buscar primero el reino de Dios y su justicia. Y conforme Cristo, el transformador del mundo, te haga nuevo, él también puede renovar al mundo a través de ti.

Gran parte de la cultura moderna consiste en aislarse de la vida con Cristo. Pensamos que podemos tener compasión, libertad, progreso, y belleza sin una relación con Cristo y sin la orientación de la Biblia. Y está claro que no todo lo bueno de la cultura desaparece en el mismo instante en el que las personas se apartan de Cristo. Las flores cortadas conservan un aspecto precioso y lleno de vida por un rato antes de que comiencen a marchitarse. Pero finalmente se marchitarán. En lugares donde menos personas sigan a Cristo, eventualmente la inmoralidad sexual aumenta, el aborto aumenta, la vida familiar se tambalea, las economías se ven obstaculizadas por la corrupción, la ciencia y la tecnología se vuelven peligrosas y deshumanizantes, y el arte y la literatura se vuelven más horrendas. Algunos de estas cosas ya las vemos ocurriendo en estos momentos.

Para la renovación cultural y para la salvación personal, necesitamos de Cristo, el transformador del mundo. El reino del transformador del mundo es como una semilla que crece. Para que tú seas parte de ese crecimiento, su vida debe ser en ti. El reino del transformador del mundo es como la levadura propagándose a través de una pieza de pan. Para que tú seas una influencia que leude sobre otros, la levadura debe estar trabajando en ti. La salvación personal y la transformación cultural van a la par, y Cristo es la fuente de ambas.

 

Última modificación: miércoles, 27 de septiembre de 2017, 08:15