Revista Historia Cristiana, Número 28

Gutenberg produce la primera Biblia impresa 1456

Utilizando su invención revolucionaria--imprimiendo desde tipos móviles--él hizo que las Escrituras estuvieran potencialmente accesibles para cada persona.


EL AÑO PASADO VIMOS UN PRODUCTO CURIOSO: toda la Biblia en una computadora portátil. La maravilla tecnológica puede encontrar capítulos y versículos instantáneamente y proyectarlos en su pantalla, ahorrándole al lector voltear las páginas. Ya sea que este invento llegue a remplazar a las Biblias impresas o no, no obstante, esto palidece ante los avances tecnológicos de la imprenta alemana de hace 500 años. De hecho, es difícil imaginar una iglesia moderna, o el mundo, alejado de la página impresa producida en masa que él hizo posible.


En Busca de una Impresión Eficiente

El Cristianismo, seguido del Judaísmo, siempre ha sido una religión del Libro. Durante siglos los escribas se dedicaron a copiar las Escrituras a mano--principalmente en papiros o en pergaminos de pieles de animales. Con el auge de los monasterios, copiar las escrituras se convirtió en la ocupación de algunos monjes. Pero esto realmente era un trabajo. La idea de que cada creyente o cada familia pudiera contar con una Biblia era impensable.

En los años 1440, el alemán Johann Gutenberg a través de la novela comenzó a experimentar misteriosas maneras de aproximarse a la impresión. Lo mismo hicieron muchos otros europeos, todos en busca de una forma más rápida y más barata de producir libros. Generalmente, si los europeos no escribían a mano, utilizaban sellos manuales o grabados en madera--una mejora, pero aun dolorosamente lenta. Y los métodos de impresión utilizados en el Oriente, principalmente la xilografía, eran desconocidos en Europa.

Gutenberg tenía una ventaja: él era experto en grabado y en metalurgia. Mientras vivió en Estrasburgo, Gutenberg perfeccionó varias ideas únicas: un molde de mano que podría adaptarse para emitir cualquier carta con exactitud y en grandes cantidades; una resistente aleación de estaño que se fundía y se solidificaba rápidamente y sin distorsión; una tinta a base de aceite; y una prensa de impresión modificada. Alrededor de 1440, él había reunido los componentes necesarios para la impresión producida en serie, pero si él imprimió algo en Estrasburgo, esto no sobrevivió.

En 1448, Gutenberg regresó a su ciudad natal de Maguncia y pidió dinero prestado para su negocio de impresión. Él no pudo reembolsar los considerables préstamos y, en 1455, su acreedor y socio inaccesible lo impidió, tomando posesión de las tipografías de Gutenberg para dos proyectos en marcha: una Biblia impresa en cuarenta y dos líneas por página, y un salterio. De esta manera, ningún material impreso que llevara el nombre de Gutenberg ha sobrevivido. Tampoco existe un auténtico retrato de él o alguna copia de su autógrafo.


La Famosa Biblia de 42 Líneas

En agosto del año siguiente, no obstante, una copia de la biblia de cuarenta y dos líneas de Gutenberg--específicamente, la traducción latina de San Jerónimo, la Vulgata--fue terminada. La Biblia, que había sido impresa simultáneamente en seis prensas, era impresionante. (Ver gráfico Del Editor.) Algunos coleccionistas dicen que este primer libro impreso es también el más bello jamás impreso y pagan sumas increíbles por los cuarenta o cincuenta ejemplares que sobreviven de los originales doscientos. La tipografía de Gutenberg no era como la nuestra, sino que se asemejaba a la ornamenta de las cartas manuscritas que los escribas habían utilizado durante siglos. Cada capítulo comenzaba con un gran resalte inicial. Más tarde, en el interés de la economía, se desarrollaron tipografías más sencillas--más fáciles de moldear, de fácil lectura, pero menos hermosas.

Las técnicas de Gutenberg siguieron siendo un secreto comercial protegido en Mainz--pero no por mucho tiempo. Para el momento en el que Martín Lutero nació, en 1483, cada país europeo grande contaba con al menos una prensa de impresión. Dentro de los primeros cincuenta años después de la primera Biblia de Gutenberg, se produjeron más copias de libros de los que fueron hechos en muchos de los siglos anteriores juntos.


Revolución y Reforma

El nuevo proceso de Gutenberg desencadenó una revolución en la sociedad y en la iglesia. Los libros ahora podían ser producidos en cantidades y precios que los hacían disponibles para muchas personas, no sólo para los estudiosos y para los monjes. La resultante explosión del conocimiento continúa acelerándose en nuestros días.

En la iglesia, la Reforma Protestante habría sido imposible en la época previa a Gutenberg. (De hecho, la reforma se convirtió, en cierto modo, en una guerra de libros, cada parte señalando los errores de los otros.) Todo aquello que dijeron los reformadores sobre el sacerdocio de todos los creyentes se basaba en la suposición de que las personas podían tener acceso a la Biblia en su propio idioma. Por lo tanto, Lutero y los otros reformadores trabajaron en traducir las escrituras para que ningún sacerdote, papa, o consejo necesitara situarse entre el arador y la Palabra de Dios.

El principal libro impreso fue la Biblia, extendiendo así la enseñanza Cristiana. A medida que más se imprimían, más personas se convertían en lectores y los lectores exigían más libros, extendiendo así la alfabetización. Incluso para los analfabetos, la Biblia se hizo más accesible, porque el pastor podía leer y predicar sobre una Biblia que se encontraba más fácilmente disponible.

El Cristianismo, la religión del libro, se estaba volviendo universal de una forma nueva. La religión no tenía que terminar en la puerta de la Iglesia; gracias a la posesión de Biblias, cada hogar podía convertirse en un campo de entrenamiento para la fe.

 

Última modificación: miércoles, 18 de octubre de 2017, 09:07