Un Dios que Conoce (Jeremías 9:23-24)

Por David Feddes


23
 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová." (Jeremías 9:23-24)


Evidencia o rumores

A. W. Tozer: Para la mayoría de las personas, Dios es una inferencia, no una realidad. Él es una deducción de la evidencia que ellos consideran adecuada, pero para el individuo permanece desconocido personalmente. Otros lo conocen solo de oídas. Han escuchado acerca de Él de parte de otros, y han puesto la creencia en Él en el fondo de sus mentes junto con varias probabilidades y fines que conforman su credo total.


Experiencia personal

Más allá de toda esta nublada vaguedad se encuentra la clara doctrina de las Escrituras de que Dios puede ser conocido en la experiencia personal. Las personas pueden conocer a Dios con al menos el mismo grado de inmediatez que conocen a cualquier otra persona o cosa. (A. W. Tozer, La Búsqueda de Dios)

·       Gustad y ved que es bueno Jehová. (Sal 34:8).

·       Mis ovejas oyen mi voz. (Juan 10:27)

·       Extendió Jehová su mano y tocó mi boca. (Jeremías 1:9).


Órganos del corazón 

¿Qué puede significar todo esto, sino que tenemos órganos en nuestros corazones por medio de los cuales podemos conocer a Dios tan ciertamente como conocemos las cosas materiales a través de nuestros cinco sentidos familiares? Poseemos facultades espirituales por medio de las cuales podemos conocer a Dios y al mundo espiritual si obedecemos el impulso del Espíritu y comenzamos a usarlos. Estos sentidos deben acelerarse a la vida activa nuevamente mediante la operación del Espíritu Santo en la regeneración. (A. W. Tozer)


Insensibilidad interior

Pero, ¿por qué los mismos hijos de Dios rescatados saben tan poco de esa comunión habitual y consciente con Dios que ofrecen las Escrituras? La respuesta es debido a nuestra incredulidad crónica. La fe permite que nuestro sentido espiritual funcione. Donde la fe es defectuosa, el resultado será insensibilidad hacia el interior y entumecimiento hacia las cosas espirituales. (A. W. Tozer)


Malos hábitos de pensamiento 

Dios y el mundo espiritual son reales. Podemos contar con ellos con tanta seguridad como consideramos el mundo familiar que nos rodea. Las cosas espirituales están ahí (o más bien debemos decir aquí) invitando nuestra atención y desafiando nuestra confianza. Nuestro problema es que hemos establecido malos hábitos de pensamiento. Habitualmente pensamos que el mundo visible es real y dudamos de la realidad de cualquier otro. El pecado ha oscurecido tanto las lentes de nuestros corazones que no podemos ver esa otra realidad, la Ciudad de Dios, brillando a nuestro alrededor. (A. W. Tozer)


La conciencia de Dios

El alma tiene ojos con los que ver y oídos para escuchar. Pueden estar débiles debido a la gran falta de uso, pero gracias al toque vivificante de Cristo, ahora están vivos y son capaces de tener la vista más nítida y el oído más sensible. Al comenzar a enfocarnos en Dios, las cosas del espíritu tomarán forma ante nuestros ojos internos. Una nueva conciencia de Dios se apoderará de nosotros y comenzaremos a saborear y a ver interiormente a Dios, que es nuestra vida y nuestro todo. (A. W. Tozer)


Sin conocer a Dios

"Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha." (Jeremías 2:8).

"Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron." (Jeremías 4:22).


¿Qué rey conoce a Dios?

"¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo! Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón. ¿Reinarás, porque te rodeas de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien? El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová. (Jeremías 22:13-16)


¿Conoces a Dios?

·       ¿Qué te hace sentir vivo?

·       ¿Qué te guía?

·       ¿Qué te hace sentir seguro?

·       ¿Qué te asusta?

·       ¿De qué te avergüenzas?

·       ¿En qué te glorías?


¿Qué te hace sentir vivo?

Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha...

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí,

fuente de agua viva,

y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

(Jeremías 2:11,13)


¿Qué te guía?

Abrazaron el engaño, y no han querido volverse… Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas… aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen? (Jeremías 8:7-9)


¿Qué te hace sentir seguro?

No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este… Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová. (Jeremías 7:4-11)


¿Qué te asusta?

"No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman… Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder. No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. ¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? (Jeremías 10:2-7)


¿Miedo a las palmeras?


¿De qué te avergüenzas?

¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan. (Jeremías 6:15; 8:12).

Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre; porque pecamos contra Jehová nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día, y no hemos escuchado la voz de Jehová nuestro Dios. (Jeremías 3:25)


¿De qué te avergüenzas?

Quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. (Romanos 1:32

No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. (Romanos 1:16).


¿En qué te glorías?

Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová." (Jeremías 9:23-24)


Enfrentando nuestra falta

Debemos reconocer cuánto carecemos del conocimiento de Dios. Debemos aprender a medirnos a nosotros mismos no por nuestro conocimiento acerca de Dios, no por nuestros dones y responsabilidades en la iglesia, sino por cómo oramos y por lo que sucede en nuestros corazones. Muchos de nosotros, sospecho, no tenemos idea de cuán empobrecidos estamos en este nivel. Pidámosle al Señor que nos lo muestre.

(J. I. Packer, Conociendo a Dios)


Un corazón para conocer a Dios

"Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré. Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón." (Jeremías 24:5-7).


Nuevo pacto: pecados perdonados, corazones que conocen a Dios

"Haré nuevo pacto… Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado." (Jeremías 31:31-34)


Jesús da a conocer a Dios

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer (Juan 1:18).

"Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado… les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos." (Juan 17:3,26)


Conociendo a Cristo Jesús

Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo… a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. (Filipenses 3:8-14)


Nada de que jactarse...

Mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. (1 Corintios 1:26-29)


Nada de que jactarse… ¡excepto del Señor Jesucristo!

Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor " (1 Corintios 1:30-31)

Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. (Gal 6:14).


Conociendo mejor a Dios

¿Cómo podemos convertir nuestro conocimiento acerca de Dios en el conocimiento de Dios? La regla para hacer esto es exigente, pero simple. Se trata de que convirtamos cada verdad que aprendemos acerca de Dios en materia de meditación ante Dios, llevándolas a la oración y a la alabanza a Dios… La meditación es un arte perdido hoy, y el pueblo Cristiano sufre cruelmente la ignorancia de su práctica. (J. I. Packer, sabiendo que Dios)


Meditación

La meditación es la actividad de llamar a la mente, de pensar, de detenerse, y de aplicar en uno mismo las diversas cosas que uno sabe acerca de las obras, de los modos, de los propósitos y de las promesas de Dios. Es una actividad de pensamiento santo, realizada conscientemente en la presencia de Dios, bajo los ojos de Dios, con la ayuda de Dios, como un medio de comunión con Dios.

(J. I. Packer, sabiendo que Dios)


Conocer en la relación

Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. (1 Corintios 1:9).

Nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. (1 Juan 1:3).


Conociendo a Dios

Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Partícipes de la naturaleza divina como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. (2 Pedro 1:2-4).

 

Last modified: Tuesday, February 27, 2018, 7:45 AM