De cobarde a guerrero por David Feddes

"Jehová está contigo, varón esforzado y valiente" Jueces 6:12

El joven no es un héroe. Sólo está tratando de mantenerse con vida y de poner comida sobre la mesa. Tiene trabajo que hacer, pero lo hace en secreto. Teme a los escuadrones de hombres armados que están al asecho. Si descubren que tiene algo que valga la pena, se lo quitarán. Incluso podrían matarlo sólo por diversión.

La situación ha estado mal durante años y sigue empeorando. Los enemigos armados arrasan por todas partes mucho más cada día. Se roban todo lo que se pueden llevar, y rompen y arruinan todo lo demás. La economía está en ruinas. Las casas y edificios están deteriorados. La gente vive con miedo.

¿El joven alguna vez sueña con cambiar las cosas? No, hay demasiados enemigos como para luchar. No pretende ser un héroe. Sólo quiere sobrevivir. El problema es demasiado grande. No puede hacer nada al respecto. Nadie puede hacer nada al respecto. Aparentemente ni Dios mismo puede hacer nada al respecto. El poderoso Dios de las historias del pasado no parece estar haciendo mucho en el presente. El joven no ve ninguna señal de Dios en ninguna parte, sólo una sombría nube de crueldad, pobreza, miedo y desesperación. Con enemigos tan poderosos y con Dios fuera de escena, ¿qué puede hacer un chico sino recostarse y tratar de sobrevivir otro día?

Entonces un día, trabajando en su escondite secreto, el joven se da cuenta con sobresalto de que no está solo. Alguien está parado de cerca, observándolo. ¿Los matones encontraron su escondite? No, este extraño no es uno de ellos. Es diferente, misterioso. El extraño dice: "El Señor está contigo, poderoso guerrero".

El joven no puede creer lo que oye. ¿El Señor con él? Los enemigos por todas partes, arruinando todo, ¿cómo puede el Señor estar con él? Y ¿poderoso guerrero? Temblando en su escondite, temeroso de su propia sombra siendo llamado guerrero poderoso, debe ser una mala broma.

El nombre del joven es Gedeón, y resulta que el desconocido misterioso no está bromeando. Resulta que el Señor realmente está con Gedeón. Resulta que Gedeón es realmente un poderoso guerrero. Pronto los rufianes ladrones van a ser derrotados y expulsados. Pero no es fácil. Oh, conquistar al enemigo es bastante fácil para Dios. Pero convencer a Gedeón de convertirse en un héroe, esa es la parte difícil.

Tal vez sabes por experiencia personal cómo se sentía Gedeón. Cuando hay problemas a tu alrededor, cuando las fuerzas del mal te han superado en número, no intentas ser un héroe. Sólo intentas sobrevivir y lograrlo durante un día más. Si alguien te dice que Dios está contigo o que puedes convertirte en algún tipo de héroe, ¿cómo se supone que debes creerlo? No puedes detectar a Dios en ninguna parte cercana, y no te puedes verte a ti mismo como cualquier otra cosa que no sea un perdedor que nunca llegará a ser nada. Eres un cobarde, no un guerrero.

Así es como Gedeón se sintió. Pero Dios le dijo algo completamente diferente. Y fue la Palabra de Dios, no las preocupaciones de Gedeón, lo que terminó convirtiéndose en realidad. Así que si piensas que Dios está lejos de ti y que eres un perdedor sin esperanza, piénsalo de nuevo. Dios puede estar mucho más cerca de lo que piensas. Puedes lograr cosas mayores de las que te atreves a soñar. "Héroe" podría ser lo último que te harías llamar, pero si Dios te llama "héroe", si Dios te declara un poderoso guerrero, entonces te conviertes en lo que Dios te llama.

 

Una Situación Sin Esperanza

Ya he mencionado los problemas a los que Gedeón se enfrentó. Vivía en una área de Israel infestada de ejércitos de ladrones de la región de Madián. Estos problemas vinieron porque Dios estaba castigando a los israelitas por haberle dado la espalda. La Biblia dice en Jueces 6 que " Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años".

Los madianitas eran ladrones despiadados. Si has vivido en un vecindario dominado por pandillas criminales o en un país ocupado por un ejército codicioso y cruel, has obtenido una prueba los madianitas. Eran tan numerosos y tan desagradables que los israelitas “se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados". Siempre que trataban de sembrar o de hacer algo productivo, estas pandillas de matones arrasaban. "Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra... subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas. De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová".

¿Cómo respondió Dios? ¿Envió ayuda de inmediato? No, Dios envió a un profeta para decirles que su sufrimiento era su propia culpa tonta. Una y otra vez en el pasado, Dios había sido bueno con ellos. Dios los había rescatado de la esclavitud de Egipto. Dios les había dado una tierra para disfrutar después de sacarla de los sangrientos, pervertidos y adoradores de ídolos Cananeos. Dios le había advertido a su pueblo que nunca adorara a los dioses paganos de los Cananeos. "Pero", dijo el Señor, "no habéis obedecido a mi voz." Fin del mensaje.

¡No es una respuesta muy alentadora ante un grito de ayuda! Tan sólo un recordatorio de por qué estaban en este lío, y ni una palabra más. Es lo suficientemente malo ser oprimido por los enemigos, pero es aún peor si Dios dice que solamente tu puedes ser culpado y que te mereces tus problemas. Tal vez estás en serios problemas ahora mismo, y sabes que es culpa tuya por no escuchar a Dios. Puedes conocer algunas declaraciones de Dios en la Biblia, condenando pecados como el tuyo y advirtiendo sobre el castigo. Puedes pensar que estás más allá de la esperanza.

Pero Dios está lleno de sorpresas. El Señor puede hacer descender su ira contra el pecado, puede no decir nada acerca de la ayuda, y entonces... puede decidir ayudar de todos modos. Podemos ser tontos; podemos ser pecadores; podemos no escucharle; podemos meternos en un montón de problemas; podemos no darle a Dios una buena razón por la cual debería ayudarnos. Y sin embargo, justo cuando no hay esperanza, justo cuando Dios nos dice que tenemos la culpa del lío en el que estamos, justo cuando nuestra oración de ayuda parece obtener un resonante "¡No!", Dios puede decidir seguir adelante y ayudarnos a pesar de lo que hemos hecho.

¿Cobarde o Guerrero?

Después de que el profeta pronunció esas severas palabras de parte de Dios, Gedeón y sus compañeros israelitas pudieron haber pensado que nunca podrían ser salvados. Gedeón estaba ocupado trillando grano en secreto. No lo hacía en el lugar habitual para trillar grano, sino en el pozo de un lagar, un agujero en el suelo que no se estaba utilizando en esa temporada, un lugar en donde los rufianes madianitas no pensaban buscarlo. A este joven asustado, atascado en una cultura de confusión espiritual y moral, plagado de multitudes de enemigos, llegó un desconocido misterioso hablando palabras increíbles: "El Señor está contigo, poderoso guerrero".

 

Todo estaba a punto de cambiar, y lo primero que tenía que cambiar era Gedeón. El cobarde tenía que convertirse en un guerrero. Para que eso sucediera, Gedeón debía tener fe: fe en que Dios estaba realmente con él, fe en que él podía ser el héroe que Dios le declaró ser. Tan solo la historia de cómo Dios creó fe de Gedeón y obtuvo una gran victoria a través de él, podría sacarnos de los agujeros en los que nos estamos escondiendo y transformarnos de cobardes a guerreros.

Cuando Dios quiso salvar a su pueblo de las pandillas de Madián, ¿por dónde comenzó? No con un líder audaz, sino con un joven deprimido, asustado, encogido en un agujero. El ángel del Señor le dijo a Gedeón: "El Señor está contigo, poderoso guerrero".

"Ah, señor mío", respondió Gedeón, "si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas”.

¿Alguna vez has tenido esos mismos pensamientos? Si el Señor está con nosotros, ¿Cómo pueden sucedernos cosas tan viles? ¿Dónde están todos esos milagros que nuestros padres nos contaron cuando nos leían historias bíblicas? Toda esa charla de Dios suena muy bien, pero ¿qué ha hecho Dios últimamente? Gedeón, ¡tomaste las palabras de mi boca!

Pero cuando Gedeón elaboró sus preguntas tan lógicamente y balbuceó su queja tan sensiblemente, el ángel del Señor (que en realidad era Dios mismo tomando una forma visible) simplemente respondió: " Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”.

Pero eso plantea otro problema. Si yo estuviera en las sandalias de Gedeón y Dios me dijera: "Vé con esta tu fuerza" Estaría pensando, "¿Fuerza? ¿Qué fuerza? ¿Me estaría escondiendo en este agujero si fuera fuerte? Si tuviera la fuerza para librarme de esos ladrones matones, ¿no crees que lo hubiera hecho hace ya mucho tiempo? Me llamas un poderoso guerrero. ¿Estás seguro de que estás hablando con la persona indicada?" Eso es lo que yo estaría pensando, y al parecer eso es lo que Gedeón estaba pensando.

"Ah, señor mío,” Gedeón preguntó “¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.” Gedeón se sentía como el mayor perdedor en la familia más débil en una tribu cobarde de una nación cautiva. Gedeón pensó que si Dios buscaba a un héroe, estaba mirando a la persona equivocada.

¿Cómo reaccionó el Señor? Hizo a un lado las objeciones de Gedeón y le dijo: "Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre." Gedeón no creía que Dios pudiera estar con él en tales circunstancias, pero Dios le declaró: "Yo estaré contigo". Gedeón no creía que pudiera ser un héroe y derrotar al enemigo, pero Dios le declaró: “derrotarás a los madianitas como a un solo hombre". Las objeciones de Gedeón tenían sentido para él, pero la opinión de Gedeón no importaba. La promesa de Dios era lo que importaba. Si Gedeón todavía no estaba a la altura de un poderoso guerrero... bueno, Dios se aseguraría de que su palabra se hiciera realidad.

“Paz a ti; No Tengas Temor.”

Gedeón todavía no estaba listo para comenzar a marchar. ¿Cómo podía estar seguro de que esa persona que hablaba con él era realmente Dios? Gedeón respondió: "Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti".

Y el Señor dijo: " Yo esperaré hasta que vuelvas".

Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina. Entonces el ángel de Dios le dijo: “Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo.” Y él lo hizo así.  Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.  Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: “Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.”

Gedeón tembló de miedo. ¡Acababa de ver al Señor! Ciertamente, era el Señor aparecíendo en forma humana y no con la abrumadora gloria que ningún mortal pecaminoso puede ver y seguir viviendo. Pero aún así era un encuentro real con el Todopoderoso. ¿Y si el fuego que consumía el sacrificio estuviera a punto de consumir a Gedeón? De repente Gedeón sintió más miedo de Dios que de Madián. Esa fue una buena señal. Gedeón se estaba poniendo serio acerca de Dios, ¡tan serio que pensó que podría acabar muerto!

Pero Jehová le dijo: “Paz a ti; no tengas temor, no morirás.” Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová es paz.

¡Qué hermosa revelación, descubrir que el Señor está contigo, y que el Señor es Paz! El "ángel del Señor" a menudo mencionado en el Antiguo Testamento era Dios mismo, viniendo a la gente en una forma en la que lo podían ver y relacionarse sin ser destruidos. Finalmente, el Señor fue mucho más allá de simplemente aparecer a la gente de esta forma, e incluso se convirtió en uno de nosotros: no sólo aparentando ser humano, sino realmente compartiendo nuestra carne y sangre en la persona de Jesucristo.

Así como el mensaje del Señor a Gedeón fue "El Señor está contigo", un título bíblico para Jesús es Emmanuel, "Dios Con Nosotros". Justo cuando Gedeón construyó un altar y lo nombró el Señor es Paz, así la Biblia llama a Jesús, "Príncipe de Paz." Dios se acercó en Jesús, no para destruirnos, sino para estar con nosotros y para traernos paz. Cuando conoces la presencia de Dios y la paz a través de Jesús, también puedes avanzar en el poder de Dios para hacer grandes cosas.

El Cambio Comienza En Casa

Regresando a Gedeón. Ahora que estaba tomando a Dios en serio y se había asegurado de la paz con Dios, Gedeón tenía trabajo que hacer. Su primer trabajo, sin embargo, no era enfrentarse al enemigo exterior. Primero tuvo que lidiar con el enemigo interior. Tuvo que lidiar con los males que estaban en contra de Dios en su propio hogar y familia.

El padre de Gedeón y su familia tenían un altar a Baal, un dios pagano de prosperidad, y una imagen de Asera, una diosa del sexo. ¿No es asombroso lo ciegos que podemos ser ante nuestros propios pecados? Anteriormente, Gedeón le había preguntado a Dios por qué les estaban ocurriendo a los israelitas cosas tan malas, cuando justo en su propia casa se mezclaba la adoración a Dios con la adoración de ídolos y la perversión sexual.

¿Has cometido cierto pecado repetidamente y luego te preguntaste por qué Dios parece estar lejos? ¿Te has inclinado delante de ciertas imágenes, o has adorado poderes espirituales además del Señor, o has orado a María o a los santos o a los ángeles o a cualquier otra cosa que no sea Dios? Podrías pensar que tales cosas no son pecados serios, incluso podrías pensar que estás haciendo algo bueno, pero Dios dice en la Biblia que nunca debemos inclinarnos ante una imagen, que nunca debemos adorar a ningún Dios excepto al Señor, que nunca debemos tratar de contactar a los muertos o de orar a ningún otro ser sino a Dios mismo. No puedes esperar el poder de Dios para derrotar a los enemigos del exterior si no enfrentas al enemigo interno. Antes de hacer cualquier otra cosa, primero enfrenta el pecado y la adoración de los ídolos en tu propia vida y en la vida de tu familia.

 

Antes de que Gedeón pudiera salir a pelear contra los ejércitos de ocupación, Dios primero le ordenó: "derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; y edifica altar a Jehová tu Dios". Gedeón hizo lo que le había mandado el Señor, pero debido a que temía a su familia y a los hombres de la ciudad, lo hizo durante la noche en lugar de hacerlo durante el día. Sabía que tenía que hacer lo correcto, pero no quería que lo notaran.

¿Alguna vez ha tenido que romper con patrones y prácticas del pasado en tu familia y comunidad para estar en frecuencia con Dios? Quieres hacer lo correcto, pero no quieres hacerte notar. La familia y los vecinos pueden ser intimidantes cuando quieres tener un nuevo comienzo con Dios. ¿Qué van a pensar? ¿Cómo reaccionarán? Si te levantas para el Señor Jesús y desafías la religión falsa y el comportamiento inmoral entre la gente que mejor conoces, podrías adentrarte en un momento difícil.

No es de extrañarse que Gedeón decidiera demoler los ídolos en secreto, en medio de la noche. Pero la fe y la obediencia no se pueden mantener en secreto durante mucho tiempo. La gente de la ciudad de Gedeón pronto se enteró de quién había demolido sus ídolos y construido un altar al Señor. Ellos fueron con el padre de Gedeón y le exigieron: "Saca a tu hijo para que muera".

Pero el padre de Gedeón se puso a lado de su hijo. Dijo a la multitud hostil: “¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar." El primer acto de Gedeón en nombre de Dios había sido tímido, pero ya estaba teniendo un impacto en su padre y estaba cambiando la actitud de su padre hacia el ídolo.

Tal vez el Señor te haya llamado, y quieres seguirlo, pero tienes miedo de cómo reaccionarán tus familiares y amigos. Bueno, no importa cómo reaccionen, la obediencia comienza en casa. Tienes que derribar los ídolos falsos y desechar los pecados que has estado cometiendo. Necesitas permitir que la gente que te rodea sepa que te mantienes con Jesucristo. Dios puede fortalecerte y protegerte y comenzar un cambio en tu familia, tal como lo hizo con Gedeón.

Superando las Dudas

Sin embargo, una vez que se han atacado los problemas en el hogar, ¿qué pasa con esas multitudes de Madianitas? ¿Qué pasa con todos los problemas y enemigos que tenía Gedeón al haberse sentido tan abandonado y sin esperanza en el primer lugar? Pues bien, los enormes ejércitos unieron fuerzas para otro ataque masivo a nivel nacional, preparándose para saquear a Israel por octavo año consecutivo. El Espíritu del Señor vino sobre Gedeón, tocó una trompeta y llamó a muchos de sus compatriotas hacia él. Por fin estaba listo para ser un héroe y un poderoso guerrero.

¿O lo era? Claro, Gedeón había sobrevivido al enfrentamiento con su familia y su pequeña ciudad, pero ¿estaba realmente listo para enfrentar a los ladrones asesinos de Madian? Estaban habituados a la batalla, estaban equipados con los camellos más rápidos y las últimas armas, y había demasiados como para ser contados.

Así que Gedeón pidió una señal para estar más tranquilo. Le dijo a Dios: "Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho,  he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho." Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua.

¿Eso convenció a Gedeón? No exactamente. Le dijo a Dios: "No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra.” Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.

Por fin, Gedeón estaba listo para marchar, y tenía 32,000 soldados dispuestos a marchar con él. Pero Dios dijo: "¡Espera!, tienes demasiados hombres. Ahora que te sientes valiente y tienes un gran ejército, pueden creer que se salvarán a si mismos. Vamos a hacer más pequeño a este ejército para que yo lo use.” Cuando Dios terminó de enviar a los hombres a casa, el ejército de Gedeón se había reducido de 32,000 a 300.

Bueno, como te puedes imaginar, el Sr. Poderoso Guerrero una vez más se sentía bastante cobarde. ¿300 hombres, contra un ejército que pululaba como langostas, tan incontables como granos de arena en la playa? Dios le dijo a Gedeón: "Si tienes miedo de atacar, baja al campamento de Madián y escucha lo que están diciendo, y entonces serás alentado a atacar el campamento".

Así que Gedeón se deslizó a hurtadillas en la oscuridad hasta una de las tiendas madianitas. Llegó justo cuando un hombre le decía a su amigo acerca de un sueño. En su sueño, un pan de cebada rodaba hacia el campamento y derribaba la tienda. El amigo contestó con pánico: "Esta es la espada de Gedeón, Dios ha entregado a los madianitas y a todo el campamento en sus manos". Cuando Gedeón oyó esto, adoró a Dios.

Alcanzando Victoria

Entonces Gedeón volvió con sus hombres. Le dio a cada uno una trompeta, una antorcha y un cántaro de barro para ocultar la luz de las antorchas. Gedeón y sus 300 hombres se deslizaron a través de la oscuridad y se dispersaron alrededor del vasto campamento de madianitas dormidos. Entonces, a la señal de Gedeón, tocaron sus trompetas, rompieron sus cantaros, levantaron sus antorchas y gritaron: "¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!".

Los miles de enemigos dormidos despertaron en pánico. Oyeron estruendos y choques, vieron antorchas en todo el exterior de su campamento, y pensaron que un enorme ejército los había rodeado y estaba a punto de destruirlos. Los Madianitas huyeron corriendo en la oscuridad, clamando de miedo. En medio de todo el ruido, los gritos y la confusión, no podían distinguir a un amigo de un enemigo. El Señor hizo que los asesinos asustados se volvieran el uno contra el otro con sus espadas. Cuando todo terminó, las multitudes de enemigos estaban muertos o huyendo hacia el desierto. El plan de Gedeón había funcionado. Toda la gente aclamó a Gedeón como un gran héroe.

 

De hecho, el nombre de Gedeón aparece más adelante en la Biblia en una lista de poderosos héroes de la fe registrados en Hebreos 11. No puedo evitar reírme de eso. ¿Gedeón, un héroe de la fe? Cuando Dios dijo: "El Señor está contigo, poderoso guerrero", Gedeón regresó hacia Él con toda una serie de preguntas. Dios le dio una señal propiciando que saliera fuego de una roca, pero Gedeón quería más pruebas. Dios hizo mojar un vellón, pero eso no era lo suficientemente convincente, así que Dios hizo secar un vellón. Cuando Gedeón todavía no estaba seguro, Dios lo alentó dejándole escuchar un extraño sueño y su significado. ¿Ahora, tu llamarías un héroe de la fe a un hombre que hizo todas esas preguntas y necesitó de todas esas reafirmaciones? Podemos reírnos, y Dios podría reírse también. Pero debe ser verdad, porque Dios lo dice. El Señor vino a un Gedeón deprimido, dudoso y desesperado, y lo alentó hasta que el tímido cobarde se convirtió en un poderoso guerrero y terminó en el salón de fama de los héroes.

Lo que Dios hizo por Gedeón, puede hacerlo por ti. Jesús es Dios con nosotros. Debido a Jesús y por el poder del Espíritu Santo, tu puedes ser un héroe en potencia, una victoria   próxima a suceder. La Biblia dice: "y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (1 Juan 5:4-5).

Puedes sentir que Dios te ha abandonado. Puedes sentirte como una perdedor sin esperanza. Puedes sentir que no puedes manejar los problemas y desafíos que enfrentas. Puede que tengas pecados de los que casi no te das cuenta, ídolos en tu vida o en tu familia, los cuales tienes miedo a romper. Puedes pensar que los enemigos de Dios son demasiado fuertes de resistir y que los problemas en tu comunidad y nación son demasiado difíciles de vencer. Tu fe puede ser, en el mejor de los casos, cobarde y débil. Pero todo eso puede cambiar si escuchas a Dios diciendo: "El Señor está contigo, poderoso guerrero". La Palabra de Dios es más poderosa que todas tus preocupaciones. Gedeón es prueba de ello. Cree en Dios, y estarás en camino de convertirte de cobarde a guerrero.

 

Last modified: Tuesday, October 18, 2022, 10:21 AM