Reflexiones Sobre La Narración De Historias En Situaciones Sociales

Este artículo habla sobre la habilidad social de contar historias durante conversaciones cotidianas con personas con quienes estás siendo amable. No se trata sobre cómo elaborar un relato sobre tu producto durante una presentación de ventas, o sobre cómo contar un buen cuento tradicional alrededor de una fogata. Aquellas son ligeramente situaciones diferentes. Aquí está mi primera idea:

La importancia de la narración de historias a veces se exagera

He visto publicaciones acerca de la narración de historias como una competencia clave para conectar con las personas. He leído foros sobre las habilidades sociales en los que un miembro pide consejos sobre la narración de historias, y me la impresión de que piensa que, si puede cultivar ese talento, será su boleto para ser interesante y lograr agradarles a todos. Seguro, cumpliéndose todos los requisitos, es mejor ser un buen narrador que no serlo, pero no es esencial. Hay muchas otras maneras de ser agradable.

La razón por la que no es tan importante es debido a que no se utiliza mucho. Si trazaras las interacciones sociales promedio de una persona, notarías que ocupa sólo una pequeña fracción de ese tiempo interesada en estilos de narraciones de tipo, "¿Alguna vez te conté sobre ese loco periodo en México?" que sean verídicas. Mientras escribo esto estoy pensando en algunas personas realmente divertidas e interesantes que conozco, y estoy batallando en recordar la última vez que los escuché contar una historia. La mayoría de las personas usa más la comunicación de aquí para allá. Hablan sobre intereses mutuos y sobre las personas que conocen, discuten ideas, bromean, se comparten las cosas nuevas de sus vidas, y así sucesivamente.

Hay dos razones por las que la narración de historias es relativamente rara. Una de ellas es porque la mayoría de las personas sólo tienen pocas historias extensas genuinamente interesantes que contar. No es por sonar demasiado deprimente o existencial, pero la mayoría de lo que nos sucede en la vida, incluso si es divertido o gratificante en el momento, no es particularmente algo único o una historia digna. Incluso cuando ocurren cosas graciosas o estimulantes, por lo general pueden resumirse en una o dos frases. Es muy raro que te sucedan toda una cadena de incidentes entretenidos, serán suficientes unos minutos para relatarlos todos más adelante. Es por eso que, si conoces a alguien durante un tiempo, notarás que a menudo habla sobre el mismo puñado de historias una y otra vez, a pesar de que pudieron haber ocurrido hace décadas.

La segunda razón es algo que ya he dicho. A la mayor parte de las personas les gusta que sus conversaciones sean más interactivas y participativas. Es una ocasión especial el momento en el que pausamos esa preferencia y le damos la palabra a alguien durante un largo periodo de tiempo. Tendemos a ser impacientes cuando alguien ha estado hablando durante mucho tiempo, a menos que lo que haya estado diciendo sea realmente atractivo. Incluso si alguien tuviera una gran cantidad de buenas historias, puede ser visto como un monopolizador de conversaciones si las comparte muy seguido y si siempre está tomando el protagonismo.

Habiendo dicho eso, aquí hay algunas ideas sobre cómo mejorar tu narración de historias en los momentos raros en los que necesites usarla:

Se consciente de por qué quieres contar la historia

Si vas a contar una historia, debe ser porque piensas que tu audiencia realmente sacará algo de ella - se entretendrán o aprenderán una importante lección de vida o algo por el estilo. Para ponerlo de otro modo, si sólo estás contando la historia porque quieres alardear sobre ti mismo, es probable que tu anécdota no sea muy buena, y las personas se van a dar cuenta de tu intención y pensarán que no estás siendo auténtico.

Pregúntate si tu historia tiene que ser realmente una historia

A veces las personas tratarán de convertir pequeños incidentes en historias muy desarrolladas, cuando deberían trabajar honestamente mejor con una o dos frases de tipo, "Vi algo gracioso de camino al trabajo..." Si tratas de convertir hechos pequeños como éste en historias completas, los demás pueden sentir que lo estás engañando y que estás tratando de ser entretenido y de sacar algo de la nada.

Incluso cuando ocurren una gran cantidad de cosas, a veces funcionarán mejor de forma resumida. Una buena historia tiene que tener todos sus detalles. Si le das a la gente una recapitulación, lo considerarán insatisfactorio e inmediatamente desearán más información. En otras historias la recapitulación es prácticamente todo lo que hay, y si profundizas más en ello, parecerá que sólo estás dando un montón de detalles para apoyar un punto que ya dijiste. A veces, pareciera que una serie de eventos podrían crear una buena historia, pero por alguna razón resulta que simplemente no son interesantes.

Ten cuidado con ciertos temas

No es que nunca debas contar cualquier historia acerca de estos temas, pero tienes que pensar muy bien si la gente con quien estás, se interesará en ellos. Algunos temas tienen más posibilidades de ser aburridos y confusos, o te hacen parecer ensimismado. Se cauto a la hora de contar historias acerca de:

·       El sueño que tuviste anoche

·       Esa vez que te emborrachaste tanto, pero no sucedió nada más, además de lo borracho que te pusiste

·       Cualquier cosa acerca de una dieta o un programa de ejercicios en el que estás

·       Desaires y discusiones mezquinas con tus amigos, familiares o compañeros de trabajo

·       "Historias" que realmente sólo son una manera de desahogarte de un problema que estás pasando

·       Esa ocasión en la que te comportaste como una persona intransigente

·       "Historias" que sólo son una excusa para hablar de alguien a sus espaldas

·       La vez en que tuviste una conquista sexual, pero sin nada más por señalar que el hecho de que la gente te encuentra atractivo

·       "Historias de viajes" que no se tratan de algún evento determinado, y que simplemente son una manera extensa de decir, "Aquí es a donde fui y esto es lo que yo vi"

No sobreactúes tu historia

No hay nada de malo con darle una revisión rápida tu historia y pensar en cómo hacerla más ligera o en cómo destacar las mejores partes. También creo que es bueno ensayarla contándola de diversas formas y notando a que partes responderán mejor las personas. Sin embargo, la historia comenzará a parecer falsa si tratas de ajustarla demasiado a un conjunto de directrices de narración ideal. Como cuando tienes una peculiar historia sobre una fiesta de Halloween y te excedieras en analizarla con el fin de identificar sus principales temas y conflictos. Las mejores anécdotas a menudo no necesitan ser alteradas. A veces la vida real nos brinda alguna situación que es muy entretenida y está bien estructurada, como si fuera algo que una persona pudiera escribir intencionalmente. En esos casos lo mejor que puedes hacer es sencillamente relatar lo sucedido y dejar que el material hable por sí mismo.

Considera a tu audiencia

Este realmente es un consejo básico. Una historia que es interesante para un grupo de personas, a otros les puede parecer totalmente aburrida e inútil, o de mal gusto y ofensiva. O si puedes contarle la misma historia a diferentes tipos de personas, puede que tengas que cambiar la forma en que lo haces. Puede ser que tengas que mencionar algunos argots y jergas, explicarles a los oyentes algunos conceptos de fondo, o disimular o suavizar ciertos detalles.

Si ya estás hablando sobre tu historia es importante observar a tu audiencia. ¿Están interesados en cada una de tus palabras, o parece que están esperando su turno para comenzar a hablar nuevamente? Si es lo último, es posible que tengas que ir directo a las cosas interesantes o incluso decir, "Ja, ja, ¿sabes qué?, no te preocupes. Ahora que la estoy mencionando, esta historia no es tan interesante como yo creía".

Si la historia es más larga, primero solicita algún tipo de permiso para contarla

Si tu anécdota es corta no necesitas la aprobación de todos para contarla, pero si es más larga es cortés tratar de que todos estén de acuerdo con ello. De esa manera no atraparás accidentalmente a todo el mundo para que te escuche, al no estar seguros de cuánto tiempo vas a estar hablando o hacia dónde se van a dirigir las cosas. Sólo tienes que decir algo rápido y sencillo como, "¿Quieren escuchar sobre la vez que...?" o puedes hablar del tema, y si todos parecen cómodos puedes interpretarlo como su aprobación.

Comienza con un gancho

Otro gran consejo estándar que no se me ocurrió a mí. A menos que los detalles jugosos de la historia vayan a salir aparentemente inmediatamente, no te metas en ellos sin ninguna introducción. Da un marco de referencia rápido como, "Entonces, mis amigos y yo conocimos a la persona más extraña el viernes pasado...".

Se conciso

Un error común en la narración  de una historia es incluir demasiada información irrelevante o extraña, o salirse por la tangente. Incluso si los detalles adicionales son agradables, la historia global todavía puede ser mejor sin ellos. De nuevo, tus amigos han sido generosos al darte la palabra, así que no la conserves durante más tiempo del que debes. Si alguien está exponiendo su historia sobre un libro o contándolo en el escenario, puede salirse con la suya  alargándolo, puesto que para eso se ha apuntado el público y el material va a estar por encima de la media. No funciona de esa manera en situaciones sociales más informales.

Todo lo que digas debe ser relevante para la narrativa principal. Como, por ejemplo, si dos de tus primos estaban contigo durante los acontecimientos que estás contando, no es necesario entrar en detalles acerca de sus personalidades. Del mismo modo, probablemente no necesites dar demasiada información sobre los antecedentes para establecer la historia. Di tan poco como te sea necesario para establecer el escenario.

Si estás en la historia, exagera tus manías y tu lado humano

Algunas historias relatan algo que has escuchado o presenciado, y realmente no formas parte de ellas. Si estás involucrado en la historia suele ser más entretenido y relatable si mencionas todas las cosas tontas y ásperas que hiciste. No tienes que ser totalmente autocrítico o falsamente modesto, pero al menos muestra que manejaste la situación como una persona normal y no como un sarcástico héroe de acción. Si te ocurrió algo surrealista mientras viajabas, menciona cómo es que nunca hubieras llegado a esa situación si en primer lugar hubieras tenido mejor juicio. Si la historia tiene un elemento de fanfarronería, eso te ayudará a equilibrarla. Como por ejemplo, si fueras un chico que relata cómo conoció a una mujer, menciona las partes de la conversación en las que te sentías nervioso e intimidado por ella y dijiste algo divertidamente torpe.

Cualquier habilidad de actuación que tengas, obviamente te ayudará

También vas a tener que contar con experiencia previa con estos o no. La primera "habilidad" es sentirte cómodo en el 'Escenario' y ser el centro de atención. Incluso en pequeños grupos, las personas a menudo se ponen nerviosas cuando todas las miradas se fijan sobre ellos. El segundo conjunto de habilidades son cosas como poder hablar claramente, representar personajes y hacer voces chistosas, o utilizar los tiempos y pausas eficazmente. Pero no seas demasiado exagerado.

No relates tu historia de una manera repetitiva o 'pregrabada'

Cada vez que cuentes una historia debe ser un poco diferente. Por supuesto siempre contendrá los mismos eventos, pero el relato actual debe ser diferente a lo que has dicho anteriormente. Resultará muy extraño si cuentas la historia como una rutina mecánica.

Tomado de http://www.succeedsocially.com/storytelling

 


Última modificación: miércoles, 12 de octubre de 2022, 09:47