Reimaginando por David Feddes

"No te harás imagen" Éxodo 20:4

La conferencia se llamaba "Reimaginando" y desde luego estuvo a la altura de su nombre. Las personas se reunieron en Minneapolis para reimaginar casi todos los aspectos de la fe Cristiana. Anunciada como "Una Conferencia Teológica Mundial para Mujeres", estaba vinculada al Consejo Mundial de Iglesias y recibió fondos de varias denominaciones importantes.

La oración fue reimaginada. En lugar de orar en el nombre de Jesucristo, una oración grupal terminó con las palabras "a través del poder y la guía del espíritu de sabiduría a quien llamamos Sofía".

La Cena del Señor fue reimaginada. En vez de servir el pan y el vino como muestras del cuerpo y la sangre de Jesús, sirvieron leche y miel para celebrar a Sofía. Elogiaron y agradecieron a Sofía por "la nutrición de su leche y miel" y "el compartir de este santo maná".

Jesús también fue reimaginado, obviamente. Él se convirtió en ella. Dios no se encontraría en un carpintero judío de Nazaret, sino en una entidad vagamente femenina llamada Sofía, la palabra griega que significa sabiduría, la cual convenientemente es un nombre femenino.

En otras ocasiones, Jesús fue reimaginado no tanto como una diosa sino como parte de la naturaleza. La feminista china Kwok Pui-Lan afirmó: "Si no podemos imaginar a Jesús como un árbol, como un río, como el viento y como lluvia, estamos condenados juntos". Otro orador recomendó: si te sientes muy cansado y no tienes energía que dar, lo que debes hacer es ... ir a un gran árbol y pedirle 'dame algo de tu energía vital'". (Sin embargo, irónicamente, había un árbol al que no deberías acudir en busca de ayuda: la cruz del Calvario).

La salvación a través de la muerte de Jesús fue reimaginada. Delores Williams, profesora feminista de teología del Seminario Teológico Unión de Nueva York, dijo: "No creo que necesitemos una teoría de expiación en absoluto. La expiación tiene que ver con la muerte. No creo que necesitemos a personas colgando de cruces, goteando sangre y cosas raras. No necesitamos expiación, solo tenemos que escuchar al dios que está en nosotros".

El nombre y la naturaleza de Dios fueron reimaginados. Barbara Lundblad, una pastora Luterana, dijo abiertamente: "Algunos dirían que nuestra adoración de anoche rayó sobre la herejía... Anoche no nombramos el nombre de Jesús. Tampoco hemos hecho nada en nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". Se informa que después de su declaración siguieron risas y ovaciones.

La moral sexual Cristiana fue reimaginada. La teóloga lesbiana Mary Hunt dijo: "Imagina el sexo entre amigos como la norma ... imagina, solo imagina ... El placer es nuestro derecho de nacimiento el cual nos ha sido robado en el patriarcado religioso. Es hora de reclamarlo nuevamente con nuestros amigos". Janie Spahr, otra ministra lesbiana, dijo que su teología, en primer lugar, es conocida por hacer el amor con su pareja lesbiana. Ella dijo: "La sexualidad y la espiritualidad deben unirse--e Iglesia, vamos a enseñarte". Melanie Morrison, cofundadora de Lesbianas Cristianas Afuera Juntas (CLOUT, por sus siglas en inglés), pidió un momento para celebrar "el milagro de ser lesbiana, salir y ser Cristiana". Luego invitó a todas las demás mujeres lesbianas, bisexuales y transexuales a unir sus manos y rodear el escenario. Muchos en la audiencia se pusieron de pie para aplaudir.

En todo esto, la revelación divina fue reimaginada. Los líderes de la Iglesia de Mujeres Unidas reaccionaron a las críticas hacia la conferencia insistiendo en "el derecho absoluto de las mujeres a desarrollar entendimientos teológicos enraizados en sus propias realidades y experiencias". Aparentemente, un libro inspirado por Dios no nos dirá tanto acerca de Dios como de "las realidades y experiencias" de las mujeres comprometidas con la agenda del feminismo radical.

Cuando las noticias de toda esta reinvención volvieron a los miembros de base de las denominaciones que ayudaron a pagar por ella, hubo un alboroto. Entonces, ¿cómo respondieron los partidarios de la conferencia ante la crítica? Se apresuraron a reclamar el estado de víctima. Cuando los miembros de la Iglesia Presbiteriana de EE. UU. Protestaron que su denominación había entregado $66,000 dólares para apoyar un evento que contradecía todo lo que la Biblia enseña, uno de los miembros del personal dijo sobre la protesta: "Es una violación espiritual". Cuando los Cristianos protestan en contra de los ataques a su Dios, a su Salvador, a su Biblia y a su fe, los reconsideradores llaman a la protesta violación espiritual. Pero la Biblia le llama prostitución espiritual cuando las personas abandonan la revelación de Dios y se ofrecen a una deidad reimaginada.

Una cosa confusa acerca de todo esto es que los reconsideradores todavía quieren ser considerados parte del Cristianismo. En lugar de decir cándidamente que quieren reemplazar al Cristianismo, intentan redefinir el Cristianismo, y se sienten insultados y violentados por aquellos que dicen que este tipo de reinvención no tiene lugar en la iglesia. Pero si las personas quieren hablar de Sofía en lugar de Cristo, ¿por qué llamarlo Cristianismo? ¿Por qué no llamarlo Sofistería?

Redefiniendo a Dios

El segundo de los Diez Mandamientos de Dios es "No te harás imagen, ni ninguna semejanza" (Éxodo 20: 4). Lo que este mandamiento prohíbe es hacer imágenes de Dios, o por decirlo de otra manera, prohíbe reimaginar a Dios. El Señor nos ordena que lo adoremos tal como él se reveló a sí mismo, no como lo imaginamos. Los Cristianos a lo largo de la historia han creído en un Dios que se revela a sí mismo como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No todos comparten esta creencia, por supuesto. Siempre ha habido personas que rechazaron al Dios del Cristianismo para adorar a otros dioses. Cuando las personas adoraban a Baal, Ishtar o Zeus, dejaban bastante claro que no le tenían lealtad al Dios revelado de la Biblia. Del mismo modo, los Hindúes, los Budistas y los Musulmanes no ocultan que no son Cristianos y no dicen serlo. Nosotros, los Cristianos, esperamos que ellos conozcan aún al Dios trino y la vida eterna en Jesucristo, pero mientras tanto, las diferentes religiones saben cuál es su posición en relación a cada una.

La Biblia condena la adoración a otros dioses en el primero de los Diez Mandamientos: "No tendrás dioses ajenos delante de mí". Dios le ordena a su pueblo que no se involucre en otras religiones ni que cruce la frontera de la fe en él hacia la fe en otra cosa.

Sin embargo, se vuelve más complicado cuando la tentación no es cruzar un límite y unirse a otra religión, sino remodelar la fe y reimaginar a Dios dentro de los límites del pueblo de Dios. Esto es a lo que se refiere el segundo mandamiento.

Las personas con un trasfondo Cristiano deciden que no les gusta la fe Cristiana histórica, pero todavía quieren llamarse a sí mismos Cristianos, y quieren que la iglesia Cristiana se amolde a sus puntos de vista. Hay personas que niegan la Santísima Trinidad, desafían las Escrituras, denuncian a la iglesia, se burlan del perdón en la sangre de Jesús, se deleitan en el pecado y, sin embargo, exigen ser considerados parte del Cristianismo. No dicen que el Dios Cristiano debería ser rechazado. Solo dicen que Dios debe ser reimaginado.

¿Por qué alguien querría aferrarse a alguna asociación con Dios, y aún crear una nueva imagen para representarlo? Bueno, consideremos un ejemplo notorio de la Biblia.

Justo cuando Moisés estaba en el Monte Sinaí recibiendo los Diez Mandamientos, el pueblo en la base de la montaña se estaba impacientando. "Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros" (Éxodo 32:1).

Ellos querían ponerse en movimiento, y necesitaban un dios que los acompañara. No hay nada más práctico que una deidad a la que puedas empujar delante de ti. Ella te da poder y tú le das órdenes, al igual que tener un genio que cumpla tus órdenes. ¿Por qué confiar en un Dios invisible que tiene sus propios tiempos y sus propios planes, cuando puedes fabricar algo que seguirá tu agenda y te dará poder?

Sin embargo, las personas a veces son reacias a hacer un ídolo por su cuenta. Quieren que una figura de autoridad religiosa la haga por ellos. Por lo general, un pastor, un profesor o un sacerdote de seminario debe producir una nueva versión de Dios con ese toque extra de calidad profesional. Es por eso que los israelitas querían que Aarón les hiciera su ídolo. Aarón el sacerdote era el segundo en autoridad solo después de su hermano Moisés. Si Aarón hacía una nueva imagen de Dios, eso sería bueno con seguridad. Entonces Aarón tomó del pueblo una colección de joyas de oro, la derritió y le dio forma de becerro.

Ahora, fíjate muy bien qué pasó después. Una vez que el pueblo obtuvo su becerro de oro, no dijeron: "Ahora tenemos un nuevo dios para reemplazar al que nos rescató de Egipto". No, ellos dijeron: "Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová" (Éxodo 32:4). ¡Para Jehová! Ellos querían adorar a un dios portador de fertilidad y riqueza, estaban tremendamente entusiasmados con su becerro de oro, pero aún querían identificarlo con el Señor que hizo temblar el Monte Sinaí, el Dios cuyo poder había acabado con el control de Egipto y los había liberado. No querían prescindir completamente del poderoso Dios de su pasado, ¡en absoluto! Simplemente querían reimaginarlo como alguien que seguiría su agenda en lugar de establecer su agenda para ellos.

Pero justo cuando los israelitas adoraban a su nueva imagen, justo cuando estaban entrando en su orgía de celebración, Moisés regresó y la fiesta terminó. El Señor estaba tan enojado con este pueblo que lo había reimaginado como un becerro de oro, como un dios de la fertilidad, del sexo y del oro, que amenazó con exterminarlos a todos. Solo cuando Moisés intercedió por el pueblo, Dios desistió de destruirlos, y aun así, cierto número fue asesinado. Reimaginar no es algo que Dios tome a la ligera. En el segundo mandamiento, el Señor dice,

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos (Éxodo 20:4-7).

Re-imaginar a Dios tiene consecuencias devastadoras, no solo para nosotros sino también para nuestros hijos y nietos. No es solo una decisión personal. Cuando una generación abandona la revelación de Dios, los hijos y los nietos a menudo también sufren. Una vez que Dios es reimaginado, a las generaciones venideras se les enseña a odiar al gran Dios revelado en la Escritura y en Cristo. Aprenden a pensar en él como una deidad adecuada solo para fenómenos, fanáticos y fundamentalistas. Pero cada generación que odia al Señor se encuentra bajo castigo. A medida que las personas conforman su propia religión y hacen lo suyo, sus vidas, familias y comunidades se desintegran cada vez más, lo que proporciona una prueba de una agonía aún mayor que se producirá en la eternidad.

Feminizando a Dios

Sin embargo, esta no es la imagen completa, gracias a Dios. Su revelación tiene mucho más poder de permanencia que nuestra reinvención. El Señor que habla en la Biblia y se personifica a sí mismo en Jesucristo continúa reinando mucho después de que cada nueva herejía y cada nueva imaginación han sido descartadas como obsoletas. Los estragos de los reconsideradores pueden durar tres o cuatro generaciones, pero la fe Cristiana histórica ha abarcado a las personas en el amor de Dios por mil generaciones.

Antes vimos algunas de las formas en que las ultrafeministas de Minneapolis intentaron mejorar la Biblia y reimaginar a Dios. Ellas se sintieron más cómodas adorando una proyección abstracta de su propia femineidad que al Dios viviente, cuya suprema revelación de sí mismo era un carpintero de Nazaret quien murió para quitar los pecados del mundo. La conferencia "Reimaginando" puede sonar como un ejemplo extremo, pero todo el proyecto de feminizar a Dios lo más posible--orando a nuestra Madre celestial, llamando "ella" a Dios, etc.--es una vaca sagrada (o debería decir, un becerro de oro) en algunos círculos muy influyentes. Recuerda, la conferencia "Reimaginando" no fue solo un grupo marginal de mujeres que hicieron lo suyo. Ésta fue financiada por varias denominaciones importantes que luego defendieron lo que ocurrió allí. Ésta fue apoyada por el Consejo Mundial de Iglesias y contó con profesores de seminarios prominentes.

En algunas escuelas de teología y seminarios, se considera más importante estar comprometido con la agenda feminista que con la fe Cristiana histórica. Jon Levenson, un profesor dedicado al Judaísmo, cuenta sobre una conversación que tuvo con algunos profesores de teología Cristiana en una importante escuela de teología. Les preguntó si había alguna norma doctrinal que se esperaba que mantuvieran en sus enseñanzas. Todos los teólogos de la mesa dijeron: no, ellos tenían completa libertad académica y podían enseñar todo lo que quisieran. Luego, uno de ellos agregó: "Bueno, hay un requisito: tenemos que usar un lenguaje inclusivo".

El Dr. Levenson, un Judío, consideró irónico que profesores de teología supuestamente Cristianos pudieran contradecir el Cristianismo histórico, podían promover cualquier idea nueva de Dios que quisieran, pero si decían que el Dios Cristiano se revelaba a sí mismo como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, podrían meterse en problemas ya que ese tipo de lenguaje podría no ser considerado lo suficientemente inclusivo de género. Con demasiada frecuencia, la teología no necesita ser ortodoxa o bíblica, pero es mejor que sea políticamente correcta.

Un Jesús Diferente

Otro ejemplo de reconsideradores profesionales son aquellos que rechazan el retrato bíblico de Jesús y tratan de definir "el Jesús real". Quizás hayas oído hablar del Seminario de Jesús, donde los eruditos se reúnen y deciden qué palabras de Jesús en los evangelios realmente dijo Jesús. Usando códigos de colores y otros trucos amigables con los medios, estos autoproclamados expertos marcan lo que Jesús posiblemente no pudo haber dicho, lo que probablemente no dijo, lo que quizás podría haber dicho y lo que probablemente dijo. Resulta que Jesús no dijo la mayor parte de lo que los evangelios dicen que dijo. Una revista nacional dijo que aunque el Seminario de Jesús molesta a muchos Cristianos devotos, éste presenta a un Jesús que algunas personas encuentran más humano y creíble. Pero cuando Jesús se reduce hasta el punto en que es más creíble, ya no vale la pena creer en él.

Sorprendente, ¿no?, cómo los eruditos 2000 años después son tan inteligentes que conocen mejor al Jesús histórico que aquellos que lo vieron, lo oyeron y lo tocaron. Aún más sorprendente, el Jesús producido por el Seminario de Jesús parece sonar y actuar notablemente como los escépticos estudiosos del siglo XX quisieran que él se viera. Me temo que el Seminario de Jesús nos dice más acerca de los miembros del Seminario de lo que nos dice acerca de Jesús.

La Auto Revelación de Dios

En el momento en que pensamos que somos más inteligentes que la Palabra de Dios, estamos formando nuestra propia imagen de Dios. Cuando el Señor manda, "No te harás imagen, ni ninguna semejanza", ¿qué está diciendo? "¿Cuál es la voluntad de Dios para nosotros en el segundo mandamiento? Que de ninguna manera formemos ninguna imagen de Dios ni le adoremos de ninguna otra manera a la que él nos ha ordenado en su Palabra" (Catecismo de Heidelberg, Preguntas y Respuestas, 96). El problema básico es este: ¿Vamos a adorar a Dios como se revela a sí mismo, o como una proyección de lo que nos gustaría que fuera? ¿Vamos a confiar en Jesucristo, "el mismo ayer y hoy y para siempre", o en una versión nueva y mejorada de Dios?           

El Señor prohíbe hacer imágenes de él. Él condena reimaginarlo. ¿Por qué? Porque cuando hacemos eso, estamos tratando de dictar quién puede ser Dios y qué puede hacer. Estamos tratando de tomar el control de él. Cuando el Dios viviente es demasiado independiente a nuestros deseos, cuando el Jesús de los evangelios no se ajusta a lo que pensamos que debería ser, cuando la Biblia dice cosas que son demasiado incómodas para satisfacer nuestra agenda, estamos tentados a crear una nueva imagen de Dios que nos convenga más. En lugar de aceptar la revelación de Dios sobre sí mismo, definimos a Dios para que se ajuste a nuestras propias ideas y preferencias. Nuestra imagen no puede ser algo que no queremos que sea. No puede hacer nada que no queremos que haga. Sirve a nuestros objetivos y hace avanzar nuestra agenda. Nosotros lo controlamos.

Pero en el proceso, perdemos al Dios vivo y verdadero, y nos quedamos con nuestras propias proyecciones impotentes. Ya sea que Aarón se encuentre haciendo un becerro de oro, o alguna autoridad religiosa de hoy se encuentre reinventando al Dios de la Biblia, eso sigue siendo una tontería.

En el segundo mandamiento, Dios declara su propia libertad e independencia soberana. Él insiste en que lo adoremos tal como se revela a sí mismo, no simplemente como lo imaginamos. Él ordena esto por el bien de su propio honor, pero también por el bien de nuestra salvación.

Cuando los individuos vuelven a imaginarse a Dios de una manera que contradice las Sagradas Escrituras, están cometiendo suicidio espiritual. Cuando las denominaciones y las escuelas de divinidad se convierten en fábricas de ídolos y promueven sus ídolos en otros, están cometiendo homicidios espirituales. Nuestras almas no pueden sobrevivir si se ven privadas de las palabras vivificantes de Dios. Como dijo Moisés, "Porque no os es cosa vana; es vuestra vida" (Deuteronomio 32:47). Jesús mismo dijo: "Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida" (Juan 6:63).

Cuando reimaginas a Jesús como una proyección de la ideología feminista, te desconectas del Hijo del Dios viviente, el regalo supremo de amor que Dios le dio a un mundo que perece. Cuando dices que no necesitas la cruz de Jesús o su sangre para estar bien con Dios, que todo lo que tienes que hacer es contactar al dios o diosa dentro de ti, te niegas a la única manera con la que Dios te ha provisto para quitar tu pecado. Cuando rechazas los mandamientos de Dios para tu sexualidad y para todas las demás áreas de tu vida y en su lugar reimaginas a Dios para satisfacer tus instintos más corruptos y pervertidos, te condenas a una vida de revolcarte en la iniquidad y a una eternidad de separación con Dios.

Dios da el segundo mandamiento para que reconozcamos todos nuestros intentos de reimaginar por que éstos son: ofensivos para él y destructivos para nosotros mismos. No podemos definir a Dios de acuerdo a nuestras propias ideas, o controlar a Dios de acuerdo a nuestra propia agenda. Dios es Dios, y solo podemos conocerlo en la medida en que él decida revelarse en su Palabra. Dios es Dios, y podemos tener una relación con él solamente en sus términos, y debido a su gran amor revelado en Jesucristo. Dios nos da el segundo mandamiento para alejarnos de nuestro pecado y atraernos hacia el Salvador, alejarnos de nuestras imaginaciones falsas y atraernos hacia su gloriosa revelación, para alejarnos de los ídolos que nos maldicen a nosotros y a nuestros hijos, y que nos atraen hacia su amor eterno.

Preparado originalmente por David Feddes para Ministerios de Regreso a Dios Internacional. Usado con permiso.

Последнее изменение: среда, 20 декабря 2017, 08:21