El Estudio Acerca de Dios 

Por Charles Haddon Spurgeon

Algunos han dicho que "el estudio apropiado acerca de la humanidad es el hombre". No me opondré a la idea, pero creo que es igualmente cierto que el estudio apropiado acerca de los elegidos de Dios es Dios; el estudio apropiado acerca de un Cristiano es la Deidad. La ciencia más elevada, la especulación más alta, la filosofía más poderosa, que puede llamar la atención de un hijo de Dios, es el nombre, la naturaleza, la persona, la obra, los actos y la existencia del gran Dios a quien llama su padre. Hay algo que es en extremo perfeccionador para la mente al contemplar la Divinidad. Es un tema tan vasto, que todos nuestros pensamientos se pierden en su inmensidad; tan profundo, que nuestro orgullo se ahoga en su infinitud.

Podemos abarcar y lidiar con otros temas; en ellos sentimos una especie de autoconfianza y seguimos nuestro camino con el pensamiento, "Mira, soy sabio". Pero cuando llegamos a esta ciencia maestra, al descubrir que nuestro péndulo no puede sonar en profundidad, y que nuestro ojo de águila no puede ver su altura, nos alejamos con el pensamiento de que ese hombre vanidoso sería sabio, pero él es como un asno salvaje; y con la solemne exclamación, "Somos de ayer, y nada sabemos". Ningún tema de contemplación tenderá más a humillar la mente, que los pensamientos acerca de Dios. Estaremos obligados a sentir—

"Dios mío, qué infinito eres , 
¡Qué gusanos sin valor somos nosotros!".

Pero mientras el tema hace humilde a la mente también la expande. Aquel que a menudo piensa en Dios, tendrá una mente más grande que el hombre que simplemente navega alrededor de este estrecho globo. Puede tratarse de un naturalista, que se jacta de su capacidad para diseccionar un escarabajo, anatomizar una mosca, u organizar insectos y animales en clases con nombres casi indescriptibles; puede tratarse de un geólogo, capaz de disertar sobre el megaterio y el plesiosauro, y sobre toda clase de animales extintos; puede imaginar que su ciencia, cualquiera que ésta sea, ennoblece y amplía su mente. Me atrevo a decir que sí, pero después de todo, el estudio más excelente para expandir el alma, es la ciencia de Cristo, de él crucificado, y el conocimiento de la Divinidad en la gloriosa Trinidad. Nada ampliará así el intelecto, nada ampliará así el alma del hombre, como una investigación devota, seria y continua del gran sujeto de la Deidad. Y, mientras humilla y expande, este tema es eminentemente consolador.

Oh, al contemplar a Cristo, hay un bálsamo para cada herida; Al meditar en el Padre, hay un silencio para cada dolor; y en la influencia del Espíritu Santo, hay un bálsamo para cada llaga. ¿Te quedarías sin penas? ¿Ahogarías tus preocupaciones? Entonces ve, sumérgete en el mar más profundo de la Divinidad; piérdete en su inmensidad; y vendrás como desde un lecho de descanso, refrescado y vigorizado. No conozco nada que pueda consolar tanto al alma; calmar tanto las oleadas de dolor y de tristeza; hablarles tanto de paz a los vientos de las pruebas, como un devoto que reflexiona acerca del tema de la Deidad.

 

Last modified: Tuesday, February 6, 2018, 8:48 AM