Capítulo 6 

Las Cinco Conexiones de los  Programas Altamente Eficaces 

“Las estrategias verdaderamente exitosas siempre ganaron sus logros de la manera más  vieja: A través de dolor, críticas, lágrimas, errores y oración” 

Brian D. McLaren 

Cuando entré en la universidad, milagrosamente el Señor me regaló la posibilidad  

de enseñar tenis en jardines pre escolares. Digo milagrosamente porque aunque me sabía  las reglas y algunas cuestiones técnicas sigo siendo horrible para ese deporte. Recuerdo el  día que empecé en un jardín de la zona norte de la capital de Buenos Aires, un área donde  todos viven en edificios. El jardín no tenía un campo de deportes así que llevamos a los  chiquitines de 4 y 5 años a unas canchas de tenis que estaban un poco lejos. Al estar ya  acomodados en la cancha les dije a mis alumnitos que corrieran libremente por donde  quisieran. Pensé que eso enseguida les iba a gustar y que se me iban a ir por todas partes.  Con sorpresa observé que los chicos daban vueltas en un radio muy pequeño y algunos  hasta daban vueltas sin moverse de su lugar. Les repetí que corrieran libremente y recuerdo  que algunos empezaron a dar vueltas a mi alrededor. Les indique que corrieran hasta la red  o la pared y así lo empezaron a hacer. Me quedé pensando … Estos eran niños que vivían  en edificios de departamentos y habían aprendido a correr dentro de las salas de sus casas.  ¡Estaban acostumbrados a correr alrededor de la mesita del living o el comedor! Increíble.  Se habían acostumbrado a correr de determinada manera y ante una nueva libertad no  sabían hacer algo diferente. ¿Te suena? 

Dios nos llamó a levantar una generación que pueda vivir el gran mandamiento y la  gran comisión pero no nos dijo “cómo” hacerlo. Si somos sinceros y miramos la Biblia con  cuidado vamos a encontrar a Jesús diciéndonos lo que hacer pero no diciéndonos  demasiado de los cómos. Lo vemos sanando a los ciegos siempre de maneras diferentes  ¿Por qué? Porque sabía que a los terrícolas nos encantan las formulas mágicas y nos estaba  diciendo que no era el método lo más importante. En cada una de esas escenas lo único  importante era que él era el Cristo y que los ciegos necesitaban fe. Si era con barro, si había  que ir al estanque o no había que hacer nada no era el punto. Pero vamos más allá. El  apóstol Pablo tampoco agrega demasiado respecto a las formas y metodologías que debe  usar la iglesia. En primera Corintios dice que deben usarse los dones de todos porque así ha 

sido dado por el Espíritu y que debe hacerse en orden (1 Corintios 12 y 14). Luego le  escribe a Tito y a Timoteo (Tito 1 y 1 Timoteo 3) cuáles son los requisitos de los líderes  pero no agrega mucho más de cómo debe ser la programación de la Iglesia. ¿Por qué?  Porque si bien hay propósitos sagrados no hay metodologías que lo sean. La Biblia no  cambia y Dios menos, pero cada generación de la iglesia debe encontrar cómo ser efectiva  en cumplir con los propósitos en su contexto temporal y espacial. Por eso es que los  programas deben ser constantemente ajustados a las necesidades de un área, un tipo social y  una generación. 

Jesús nos saca a la cancha y nos invita a correr libremente pero muchos de nosotros solo  hemos sabido dar vueltitas porque eso es lo que nos han enseñado. El 90% de las iglesias  que conozco tienen una reunión de jóvenes que es un calco exacto de la reunión de adultos  del domingo a la mañana. Todos nos sentamos mirándole a la nuca al de adelante. Nos  paramos para cantar, nos sentamos. Nos paramos para cantar, le decimos bienvenido al de  al lado, nos sentamos. Nos paramos para cantar, nos sentamos. Un tipo nos habla por más de una hora ¡y encima nos piden ofrenda! Vamos ¿Qué joven del mundo que conozcas se  va a sentir atraído a la iglesia con ese formato? De paso te digo: lo heredamos de la iglesia  católica de la edad media. La reforma protestante con Lutero y Calvino a la cabeza,  cambiaron la comprensión teológica pero no cambiaron el formato de las reuniones. La  reforma carismática desde Wesley, pasando por la calle Azuza dónde oficialmente nació el  pentecostalismo y llegando al movimiento de la unción de finales del siglo pasado,  cambiaron fundamentalmente la experiencia personal del cristiano pero aunque agregaron  más espontaneidad tampoco cambiaron el formato de las reuniones. A mi me pone triste ver  iglesias que discuten si es santo o no reunirse fuera del templo o que tienen que hacer un  montón de articulaciones políticas para cambiar el horario, día o disposición de los bancos  para hacer una reunión. 

¿Cómo mantener creciendo en su fe a los jóvenes que ya tenemos cada fin de semana? y  ¿Cómo atraer más jóvenes a la iglesia? Si bien a simple vista pareciera que cada líder  juvenil se está haciendo estas preguntas, no siempre es el caso. Muchos líderes juveniles no  consideran el crecimiento cuantitativo y cualitativo cuando piensan en las actividades de  sus ministerios juveniles. Una de las tentaciones comunes que distraen la planificación seria  es tratar meramente de conformar a los líderes adultos de la iglesia, sea el pastor, los  ancianos o doña Rosa que no tiene nada que hacer el sábado y por eso va a la reunión de  jóvenes. Eso equivale a olvidarse de a quienes está dirigida la reunión (¿te acuerdas del  eje?). Otra tentación suele ser llegar a la reunión sin ningún tipo de preparación y hacer lo  que siempre hacemos. 

Programar efectivamente no se trata de hacer algunas súper actividades aisladas. Se  trata de establecer un plan, una estrategia y un calendario. Por eso las siguientes conexiones  aunque te van a servir para utilizar en actividades individuales apuntan mayormente al  cuadro grande, al programa anual o la planificación general. He observado las siguientes  conexiones en los programas de las iglesias con ministerios sanos en crecimiento. 

1. Se Conectan con los Cinco Carriles del Desarrollo 

Solo la Iglesia de Jesucristo puede acompañar integralmente el desarrollo de los  adolescentes. Otros entes no pueden ofrecer el estímulo necesario para el desarrollo  espiritual de los individuos ni tampoco pueden cooperar en la definición de la identidad 

trascendente de la persona. Es importante notar que el mismo ministerio de Jesús se  conectó con los 5 carriles del desarrollo. Al empezar su ministerio Jesús anuncia: “El  Espíritu del Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a  los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner  en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor” (Lucas 4:18–19).  Algunos teólogos llaman a esta realidad el ministerio “integral,” entendiendo la posibilidad  o la demanda de afectar la vida humana en todas sus dimensiones. 

Carril físico: ¿Qué tal incluir una programación deportiva? Los deportes ayudan al  ministerio juvenil sobre todo en dos aspectos. En primer lugar el deporte es sano, hace bien  al templo del Espíritu Santo. Muchos de los adolescentes de las ciudades de hoy pasan  demasiado tiempo encerrados en la casa y en la escuela y nosotros tendemos a meterlos en  el templo el fin de semana. Es cierto que en muchas comunidades los deportes están bien  provistos por las escuelas o aún la universidad, pero esto no es cierto en la mayoría de las  ciudades de Hispanoamérica. La propuesta no es competir con lo que ofrecen los centros de  estudios pero si estar atentos a las necesidades de nuestra comunidad y ver que si los  jóvenes están pasando demasiado tiempo frente a la televisión o la computadora viene muy  bien proveer una posibilidad de dispersión que los ayude en el desarrollo físico. 

El segundo aspecto valioso del deporte para el ministerio juvenil es que éste representa  una increíble posibilidad de atraer jóvenes a la iglesia que de otra forma no podrían ser  atraídos. Un sabio cocktail de deportes con evangelismo es poderoso. Hoy existen  ministerios que combinan lo deportivo con lo evangelístico con excelentes resultados y esto  puede ser usado perfectamente por la iglesia local. Campeonatos, torneos y desafíos son  una excelente herramienta para involucrar nuevos jóvenes a la iglesia. 

Pero hay que hacer una aclaración: La mayoría de las iglesias darían crédito al deporte  y varios tienen deporte en sus programas, pero el problema es que este no está planificado  cuidadosamente y solo se hace para entretener o pasar el tiempo y no se ve el valor  estratégico. No estamos hablando solo de un partidito de fútbol acá y allá. Hay una  variedad enorme de deportes que pueden ser practicados y promovidos desde la iglesia con  una sabia planificación. También clases de higiene, educación sexual, sana alimentación,  ciclos de descanso propicios para el estudio y demás son temas que la iglesia puede enseñar  a sus adolescentes acompañando el desarrollo físico de manera positiva. 

Carril intelectual: La conocida frase “Creer es también pensar” que John Sttot  popularizo es especialmente pertinente para el ministerio juvenil. Para muchos líderes y  pastores el mayor desafío con su grupo de adolescentes es el persistente intento de sus  chicos de cuestionar todo y hacer preguntas “difíciles.” A mi me llama la atención ver  líderes que se sienten victoriosos porque sus adolescentes nunca los cuestionan. Si tus  adolescentes jamás te hacen preguntas calientes y solo hablan “evangélico,” algo estás  haciendo mal. Cómo dijimos en el capítulo dos, los adolescentes empiezan explorando el  pensamiento abstracto y continúan desarrollándose mediante el pensamiento crítico. Este  proceso tiene sus picos de altitud en el comienzo de la adolescencia y en su salida cuando  están ya en la universidad. En esta generación la indiferencia y el desencanto social  causados por tantas crisis económicas y políticas son dos verdaderos desafíos y también por  eso se hace tan necesario ayudarlos a comprender la verdad para darles esperanza. 

El programa juvenil debe constar con momentos donde se aliente el pensamiento crítico  y no se lo oprima. Los adolescentes encuentran convicción y fundamentos naturalmente por 

medio de hacer cuestionamientos y los buenos líderes de jóvenes saben ayudar a sus  jóvenes a pensar, criticar, evaluar y considerar diversas opciones en su comprensión de la  verdad. 

Carril emocional: Conversábamos que control, aceptación y regulación son objetivos a  lograr en el desarrollo emocional del joven. La sociedad de los últimos años ha provocado  desencanto e indiferencia intelectual y eso ha alimentado sentimientos de insatisfacción,  ansiedad, dispersión y monotonía en el corazón de la juventud. La búsqueda instantánea del  placer, impulsada desde los medios, se interpone con el desarrollo de la madurez  emocional. La industria del entretenimiento provoca sensaciones cada vez más y más  fuertes. Las montañas rusas son más altas y el audio es cada vez más fuerte y mejor que el  sonido en vivo. Los efectos de montaje e iluminación acompañan a la música en las discos  y los conciertos, el multimedia en las computadoras, el dolby surround en los cines para  películas con cada vez más explosiones y más adrenalina. La pornografía es parte de casi  cada publicidad, anuncio, revista o programa televisivo. Tanto estímulo es difícil de  controlar por alguien en vías de madurez. Más cuando creen que su valía depende de lo que  hacen o lo que tienen y que la aceptación depende de con quién se junten y a quién agraden.  Desarrollarse en sujetos fuertes con identidad y plenitud definidas en el ser se hace difícil  en medio de tanta promoción a la inmadurez y las decisiones solo basadas en los  sentimientos e impulsos. El programa juvenil debe contemplar la creación de actividades y  la elaboración de curriculums de enseñanza donde la aceptación y el amor incondicional  sean importantes. Programas que generan una atmósfera de afecto y aceptación ayudará a  los jóvenes a procesar mejor sus emociones para poder llegar a controlarlas y regular sus  estados de ánimo, impulsos y reacciones sentimentales. Por otro lado las emociones de los  adolescentes pueden ser estimuladas también hacia lo bueno. La compasión y el amor  pueden ser estimulados mediante la facilitación de experiencias donde puedan expresarlas.  Por ejemplo, una visita mensual a los enfermos de SIDA, a un correccional de menores,  confrontarlos con testimonios de bulimia y anorexia de algún centro de atención o visitar  orfanatos no solo servirán como ayuda a la comunidad sino como disparadores de  emociones positivas que los ayuden a sacar lo mejor de sí. Hay tanto que podemos lograr si  dejamos de depender tanto de “predicarles” en sentido tradicional. 

Carril social: Dijimos que en este carril se corre la carrera de la convivencia, la  adaptación y el intercambio. En los distintos grupos de pertenencia los adolescentes  probarán diferentes roles en los cuales intentarán ubicarse de manera de ser aceptados por  el resto de sus pares. En todo grupo hay homogeneidad y heterogeneidad y se puede usar  una buena programación para acercar a los que se parecen y también relacionar a los que  son distintos. Cuando hablemos de la clave de las relaciones vamos a digerir mejor este  principio y dar ideas de cómo integrar a los distintos grupos, pero ahora es importante decir  que también debemos programar para que los jóvenes aprendan a relacionarse mejor y ser y  hacer mejores amigos. Quizás alguno de los que lea esto piense: -a mi nunca se me ocurrió  que esto era importante. Para el mi el grupo estaba para aprender la palabra de Dios Acuérdate de los propósitos, aún la palabra de Dios es un medio para llegar a ellos y no un  fin en si misma. La comunión y las relaciones humanas también lo son. El impacto que  ejercen los jóvenes entre ellos en tu ministerio es poderoso y los ministerios juveniles  efectivos aprender a conducir ese impacto.

Muchos programas solo están orientados al grupo heterogéneo. Se enfocan en alcanzar  una multitud y lo logran mediante programas que atraen multitudes. Esto tiene muchas  ventajas pero también un problema: si los jóvenes no se hacen amigos en la iglesia, por más  atractivo que sea el programa no van a querer volver. Si no encuentran consejo personal y  un hombro dónde llorar cuando haga falta, las luces, los súper sermones y los nuevos  teclados no van ser importantes. 

Otros líderes se dejan encerrar por la homogeneidad de un grupo cerrado que tiene  códigos tan fuertes que espantan jóvenes que vienen de afuera. Están dominados por una  elite que el líder o pastor “teme” alterar. Permitirles esta homogeneidad tan marcada es  limitar la oportunidad de lograr más relaciones significativas y paralizarlos en su  protagonismo en la extensión del Reino. Persistir solo en la heterogeneidad limitará no solo  la efectividad del liderazgo, sino lo significativo de las relaciones y el sentido de  pertenencia y protagonismo. La solución es un programa que combine una rotación de  grupos grandes con grupos pequeños.18 Un programa de actividades variadas donde la  recreación y el intercambio son importantes, enriquece las posibilidades de los jóvenes de  recorrer el proceso de ensayo y error en las relaciones contenidos y seguros. 

Carril espiritual: Conversamos que los cuatro propósitos desglosados de Mateo  22:37–40 y Mateo 28:19–20 debían ser el móvil del ministerio juvenil en cuanto al carril  espiritual. Esta dimensión es la que va a definir interiormente la cuestión de la completa  identidad y el estilo de vida de Cristo. 

La adolescencia presenta una oportunidad inmejorable para trabajar en las acciones que  se esperan del cristiano. Aunque les cueste demostrarlo ellos están completamente sensibles  sumar modelos de vida a esa identidad que están buscando. Por eso las disciplinas  espirituales deben ser parte del “programa” y no solo de los temas de las clases. Los malos  hábitos serán mejor disipados creando hábitos buenos. Muchos ministerios solo señalan los  hábitos no recomendables para los creyentes pero no ofrecen más alternativas que orar, leer  la Biblia y concurrir a la reunión. El ayuno, el servicio, la adoración personal, la vida  devocional, la sencillez, la meditación, la confesión, el silencio, la alabanza, la comunión,  el gozo, el retiro y otras disciplinas pueden tener un encanto especial para los adolescentes  si logramos que vean lo radicales que son y las experimenten. Hace un tiempo escribí un  pequeño libro llamado “No seas dinosaurio” el cuál trata de cómo hacer para que nuestra  vida espiritual no se extinga y seque.19 En él describo algunas avenidas por las que los jóvenes pueden correr sin límite de velocidad (así les digo en el libro) hacía la misma  experimentación de Dios. Si bien es un libro que trata de las disciplinas espirituales  clásicas, cambiando el lenguaje y llamándolas “avenidas” enseguida prendió y para  sorpresa de los que me decían que un libro de “disciplinas” no podía funcionar entre  adolescentes, muy pronto me encontré recibiendo cartas de jóvenes que habían empezado a  ver estas disciplinas clásicas como una aventura. 

Uno de los desafíos para el programa que ofrece el área espiritual es los distintos grados  de madurez espiritual que se encuentran en un grupo. Los hijos de creyentes conocen  historias, léxico versículos que para los recién llegados les suenan a “tu no perteneces.” Un  buen programa proyecta de ante mano esta dificultad. Algunas alternativas son clases  

  

18 Estos grupos hoy se conocen como “células,” “barcas,” o “racimos” y vamos a desarrollar el  tema en el capítulo 8. 

19 De Editorial Certeza.

electivas, cursos cortos, estudios inductivos, rotación de grupos o reuniones separadas. Ya  vamos a hablar de los cambios en la cultura y conversaremos de cómo la modernidad había  desprestigiado a la experiencia espiritual pero la gran noticia es que la experiencia  “extrasensorial” vuelve a escena (no te asustes con esa palabra, piénsala bien). Los  programas eficaces se conectan con el área espiritual permitiendo a los jóvenes  experimentar los distintos principios que decimos creer. 

2. Se Conectan con las Cinco Necesidades Fundamentales 

Los programas más eficientes no ignoran las necesidades fundamentales de cada edad.  Si un ministerio integral parte de una seria consideración de los cinco carriles del  desarrollo, los objetivos específicos de ese ministerio tienen que ver con las necesidades  fundamentales que compartimos en el capítulo tres. 

Sentido de identidad: La adolescencia es un tiempo de infinita sensibilidad a la  preguntas ¿Quién soy? ¿Qué valgo y por qué? y otras relacionadas a la identidad. La iglesia  tiene las mejores respuestas a estas preguntas porque puede responderlas desde una  perspectiva eterna y desde aquello revelado por el diseñador de la vida. El Dr. Neil  Anderson, dice que “la creencia más importante que podemos tener es un verdadero  conocimiento acerca de quién es Dios y la segunda en importancia es conocer la verdad  acerca de quiénes somos como hijos de Dios.”20 Aunque lo primero siempre es prioridad en  nuestras iglesias, no siempre los segundo es correctamente enseñado. Responder a las  preguntas de la identidad es una oportunidad increíble puesta en tus manos. Esas respuestas  determinarán las conductas que ellos y ellas van a tener de adultos. Afecto, amor  incondicional y estima personal se construyen sanamente desde la elaboración o el  descubrimiento sano de quién en verdad somos. Por eso es tan necesario que seamos  inteligentes y tomemos la iniciativa de elegir qué hacer y qué no hacer al respecto con  nuestras actividades. Digo “no hacer” porque esta es la causa de por qué deben estar  prohibidas las burlas en el ministerio juvenil y debemos evitar toda actividad que  avergüence negativamente a los chicos. ¿Qué si hacer? ¿Qué tal cuestionarios? ¿Tests  vocacionales? ¿Algunos juegos de revistas populares? (me vas a decir que nunca viste uno  de esos artículos de “Cómo debo ser para que él me quiera …”). ¡Claro! Todo vale para  ayudarlos. Un recurso que recomiendo para ayudarlos con la identidad son los “Pasos hacia  la libertad en Cristo” del ya mencionado Neil Anderson.21 

Ganar independencia: ¿Cómo acompañar el proceso de independencia en que se  encuentran los jóvenes? Respuesta fácil de dar pero difícil de implementar: -Delegándoles  responsabilidad en las cosas de la iglesia sin dejarlos solos o solas-. Motivarlos a ser  voluntarios y encargados de distintas cuestiones dentro del ministerio ayuda a los  adolescentes a desarrollar su capacidad para responsabilizarse. A medida que la toma de  responsabilidad va en aumento, mayor debe ser la independencia que se les de en lo que  hacen. A medida que asumen mayores obligaciones es justo que alcancen mayores  derechos. Cualquier desproporción no les ayudaría. El liderazgo tiene que estar seguro de  los objetivos para no sentirse amenazados si los adolescentes hacen las cosas bien y para no    

20 (Anderson 1996:15) 

21 De Editorial Unilit.

transmitirles frustración si hacen las cosas mal. También la conexión entre líderes y padres  es importante para no tener problemas. En la medida que el liderazgo tenga buenas  relaciones con los padres, tendrá menos problemas de interferencia con la disciplina del  hogar. 

Relaciones significativas: La necesidad de reflejarse en otros para definir la propia  personalidad, hace que los adolescentes determinen sus sueños, carácter y valores en gran  medida según quién los influencia de manera más cercana. Pablo decía: “Sed imitadores de  mi, así como yo de Cristo” (Filipenses 3:17) y no decía eso porque era Argentino. Ellos  necesitan de esas relaciones para responder a cuestiones difíciles. Por eso debe ser un  objetivo de los líderes proveer relaciones fuertes y cómo Pablo indicaba, estar dispuestos a  convertirse en ejemplos tangibles de las características que a Dios agradan y que van a  hacer de los jóvenes personas de bien. En relación a lo dicho en el carril social, debemos  hacer eventos y actividades que sirvan para que los jóvenes se hagan amigos sin tener  vergüenza en decir que ese es el principal objetivo. Claro que los propósitos van a estar de  fondo, pero crear una clima de amistad que facilite el tipo de relaciones que estamos  planeando puede ser la idea motora de un componente del programa y está muy bien que  sea así. Juntarse a comer pizza, llevar un grupo al cine, invitar a cenar a tu casa y demás  actividades de este tipo es visto como parte del programa por casi todos los líderes eficaces. 

Cultivar valores sanos: De una juventud contestataria y rebelde de los años sesenta a  los ochenta, que se levantaba contra los valores de una sociedad a la que se oponían,  pasamos a una generación que ha perdido algunos valores de tal manera que en muchos  casos no debemos luchar contra la inmoralidad sino contra la amoralidad. Así nos pasó  cuando empezamos nuestro ministerio juvenil en California. Nos encontramos con jóvenes  que no podían distinguir lo bueno de lo malo. Acostarse con quien le diera ganas, quedar  embarazadas antes de casarse y mentir sin razón lógica era cosa de todos los días y no  sentían ninguna culpa al hacerlo. Muchas veces con mi esposa llamamos a nuestro trabajo  el ministerio de “re-educación.”. Si la Iglesia ha de ser sal y luz; pasar del a-valor a la  elaboración de valores debe ser un objetivo. La manera de participar proactivamente en esta  faceta tiene más que ver con modelos que con el habla. Los valores se transmiten  mayormente por las acciones y no por el discurso. Pero también se puede enfocar ciertas  actividades hacia algún valor que consideramos importante y hacer algo más que dar una  clase hablada al respecto. El ministerio juvenil debe compensar aquello que no ha sido  enseñado en la familia o que la escuela ha tergiversado y no me refiero solo a los “valores  cristianos” (Si es que no se puede llamar así a los siguientes). Ser buenos ciudadanos,  trabajadores responsables, esforzarse en los estudios, la organización del futuro y demás  son cuestiones que posibilitan llenar de creatividad el programa y pueden atraer a muchos  jóvenes a la iglesia demás de hacer crecer integralmente a los que ya tenemos. 

Descubrir vocación: Uno de los secretos en la pastoral del adolescente es descubrir el  potencial del liderazgo que ellos mismos tienen y darles la oportunidad de servirse unos a  otros. En el servicio fluyen los dones espirituales pero también la vocación. Al llegar el fin  del ciclo secundario muchos jovencitos se encuentran perdidos de qué hacer con su futuro.  Dónde y cómo invertir su tiempo para construir su futuro es una decisión muy importante  como para que la iglesia esté ausente. Muchas iglesias se quejan de que luego de esta  decisión pierden a sus jóvenes. Una las razones es porque no participamos en el proceso de 

elección de la carrera. A medida que se acerca el fin del secundario se acorta la posibilidad  de acompañar a los adolescentes con esta decisión. Facilitar conversaciones con  profesionales, investigar las posibilidades de cursos terciarios, carreras universitarias y  hacer contactos de trabajo debe ser otro objetivo especifico del ministerio con adolescentes.  En casi toda iglesia hay más de un profesional que pueda contar acerca de su carrera.  Existen Tests que pueden ayudar. El programa creativo y el protagonismo acentuado  también facilitarán las posibilidades de que los adolescentes ganen experiencias haciendo  cosas diferentes. Si evalúas con detenimiento cómo tu programa se conecte con esa  necesidad tan importante seguramente te vendrá un torrente de ideas de qué hacer. Suplir  esta necesidad enriquece las actividades de la iglesia porque además de hacerlas más  atractivas las hace increíblemente relevantes para la vida completa de la juventud. He  conocido ya varias iglesias que han empezado a aplicar esta conexión con preciosos  resultados. En uno de los casos a una iglesia les han ofrecido las aulas de una escuela  pública para ofrecer Tests y clases de orientación vocacional que han servido para que  jóvenes no creyentes se empezaran a relacionar con la gente de la iglesia y verlas como  personas que están verdaderamente interesadas en ellos y no fanáticos religiosos. 

3. Se Conectan con los Propósitos 

Las iglesias o el liderazgo sin dirección, orientados a “mantener” un grupo de jóvenes  dependen de actividades esporádicas para encender el entusiasmo en sus adolescentes. Un  café concert, un campamento o una obra de teatro ciertamente levantan el ánimo y atraen a  más adolescentes pero para edificar un ministerio juvenil efectivo es necesario que los  propósitos sean el motor principal de por qué se hace lo que se hace. Ya conversamos de  que los propósitos deben estar claramente comunicados y deben convertirse en el blanco  del crecimiento espiritual de nuestros jóvenes. Detrás de cada actividad debe haber una  motivación clara que la trascienda. ¿Por qué se hace un campamento? ¿Para qué se hace un  concierto? Muchas veces los propósitos solo son excusas para realizar la actividad pero no  son la verdadera motivación y eso se refleja en los resultados. Por ejemplo, la mayoría de  las bandas de rock cristianas aseguran que su propósito es evangelizar, sin embargo solo  tocan en los templos donde los perdidos dudosamente admitirían ir. Muchos conciertos se  dice que son evangelísticos pero la publicidad solo se hace en otras iglesias, y aclaro: no  creo que haya nada de malo en hacer conciertos o tener bandas que son solo para cristianos.  ¡Están muy bien! Lo que digo es que hay que ser honestos. La pregunta por qué y para qué  lo hacemos es fundamental para empezar y después el liderazgo debe buscar medios,  estrategias y metodologías para alcanzar esos resultados que se esperan. Un liderazgo  juvenil eficaz entiende los propósitos y traza metas programáticas para lógralos  efectivamente. Se dice mucho que los jóvenes que han crecido en la posmodernidad no  tienen ideales pero muchas veces es porque no hay líderes que los motiven en alguna  dirección y cultiven esperanzas por lograr esos cometidos a través de actividades  inteligentes. 

Piensa en el propósito del evangelismo por ejemplo ¿Cómo alcanzar a los adolescentes  que viven en nuestro barrio? Los misioneros en seguida te dicen que hay que hacerse  preguntas respecto a sus costumbres, gustos y tendencias de pensamiento. Los programas  deben tener en mente el blanco y jugarse a hacer cosas que verdaderamente ayuden al  ministerio a llegar a dónde se proponen llegar. Piensa en esto: si quiero que vengan jóvenes 

nuevos, ¿A dónde es más fácil atraerlos? ¿A nuestro templo o la casa de algún otro joven?  Esas preguntas son un ejemplo de plantearse la conexión entre nuestro programas y los  propósitos. 

Las iglesias orientadas a guardar las tradiciones y “mantener” un grupo de jóvenes  considera más importante a ciertas reglas, actividades o normas que quizás alguna vez  sirvieron, antes que sacrificarlas por alcanzar más adolescentes. Para construir un efectivo  ministerio a una nueva generación es importante estar siempre evaluando todo lo que se  está haciendo. No podemos llevar a la generación del nuevo milenio al cumplimiento de los  propósitos de Cristo con las metodologías de los setentas ni podemos seguir dependiendo  de actividades esporádicas que no tengan los propósitos en mente y no estén relacionadas a  una programación coherente. 

4. Se Conectan con lo que Atrae a la Juventud 

Los líderes juveniles deben hacer contacto con los temas de interés y los códigos de la  juventud. La iglesia y la realidad de los jóvenes no pueden estar divorciadas en el discurso  y la dinámica del ministerio juvenil. Los programas deben siempre hacerse la pregunta  ¿Qué es atractivo para ellos? Claro que no es la única pregunta y por eso ya hablamos de  propósitos; pero esta pregunta es muy importante para elaborar una programación atractiva  y divertida. Ya señalamos que muchos líderes caen en la tentación de autoabastecer sus  propios gustos o sus propias habilidades a la hora de establecer los programas. Respecto a  gustos, suele ocurrir que los líderes tratan de imponer todo lo que ocurre según sea lo que a  ellos le atrae. Por ejemplo la música. Recurro a mi experiencia: A mi me gustan bandas  como Zona 7, Rojo, Rescate, Audio Adrenaline, Jars of Clay y Sonic Flood por nombrar  algunas, pero no me gusta para nada el rap. El estilo rock alternativo funcionaba muy bien  cuando ministraba jóvenes en Argentina así que al llegar a mi nueva misión en Estados  Unidos traté de exportar aún mis gustos musicales. Mis nuevos jóvenes no decían mucho  pero al irme relacionando más íntimamente pude descubrir que en sus cd-players (porta  discos portátiles) escuchaban rap. Al caer en cuenta comencé a buscar rap cristiano para  poner al empezar las reuniones y usar durante los juegos. Allí si tuve los primeros  comentarios en cuanto a la música. Confieso que todavía me cuesta soportar el rap y jamás  lo escucharía solo en casa en un momento de meditación, pero era evidente que para mis  adolescentes eso era una muestra de interés en sus gustos y también un crea ambiente  importante para que consideren atractiva la reunión. 

Los líderes no podemos hacer todo como a nosotros nos gusta. Si el ministerio está  dedicado a discipular y evangelizar jóvenes lo más apropiado es que la música, los horarios,  el decorado y los temas de conversación tengan que ver con sus realidades cotidianas.  Algunos padres y líderes me han reclamado diciendo que los jóvenes de la iglesia no  deberían parecerse a los adolescentes del mundo, y estoy completamente de acuerdo.  Nuestros valores deben ser diferentes. Pero muchas de las cosas que discutimos o que no  suelen ser atractivas en la mayoría de las iglesias son cuestiones de gusto, costumbres,  moda y cultura y no tienen nada que ver con los valores o a-valores respecto al evangelio. 

Los adolescentes pasan más tiempo interactuando con sus compañeros de escuela que  con nadie más. Por eso la iglesia no solo debe tener respuestas para los jóvenes que ya  deambulan en sus templos sino también para sus compañeros. Nuestro jóvenes evangélicos  participan en conversaciones acerca de los músicos, deportistas, estilos y modas preferidas 

de sus amigos, con quienes también hablan de sus presiones, problemas en sus casas, y  deseos. El programa debe prestar atención a todas estas cosas e incluirlas en la temática de  los mensajes y también en los juegos, canciones y dramatizaciones. Es increíble como los  jóvenes se relacionan cuando ven que las reuniones rozan los mismos temas de  conversación de lo que hablan con los compañeros de la escuela o lo que está sucediendo  en la sociedad entera en esos momentos. Conocí a un líder que constantemente nombraba a  actores, actrices, músicos y deportistas de moda en sus mensajes y con eso lograba una  increíble atención de parte de su clase. Un día le pregunté al respecto y me dijo que no solo  lo hacía para captarles la atención sino que él sabía que los gustos y dichos de esas personas  estaban afectando a esta generación y él quería que sus adolescentes pudieran reflexionar y  usar el sentido crítico para no dejar pasar esos mensajes solo porque venían de alguien  popular. 

Las diferentes “tribus” juveniles tienen diferentes hábitos de salida además de las diferencias de posibilidades en distintos barrios, por eso el liderazgo de cada iglesia  también puede conectarse con la realidad de los jóvenes yendo a dónde a ellos les gusta  ir.¿Qué tal un cambio de escenario? Si a nuestros jóvenes les resulta más natural o  interesante ir a estos lugares, por qué no llevar el ministerio a veces allí. 

1. Casas 

2. La esquina (Piénsalo) 

3. Pizzerías y hamburgueserías 

4. Centro comercial 

5. Club 

6. Video juegos 

7. Plaza 

8. Escuela 

9. Cine 

10. Museo 

Construir un ministerio efectivo a los adolescentes demanda un cristianismo despojado  del típico dualismo entre templo y mundo. Si estamos enfocados en la extensión del Reino  en todo lo que hacemos nuestros jóvenes serán la iglesia en las escuelas, en los trabajos y  en el barrio. Para construir un ministerio a los jóvenes de hoy es necesario cambiar de  programas reunión-céntricos a programas personacéntricos si se les puede llamar así. 

Piensa en estos elementos de nuestra cultura y de la vida diaria de tus jóvenes y te  invito a pensar en ellos como recursos que se pueden usar para hacer de nuestros programas  citas imperdibles para la juventud: 

• Videos 

• Radio 

• Disk Jockey 

• Cámara 

• Grabadora 

• Revistas 

• Televisión

5. Se Conectan con el Calendario Anual: Planificar 

Nadie planea fracasar, sin embargo muchos fracasan por no planear. Los ministerios  que no planean caen más fácilmente en la rutina, el aburrimiento, la ineficacia o el des  balance. En el caso de los propósitos, ya dijimos que es natural que orientemos la mayoría  de las actividades hacia aquellos con los cuales nosotros mejor nos identificamos. Es muy  común hoy ver a aquellos que al fascinarles la música y ser ministros de alabanza por  ejemplo, están tentados o orientar casi todas las actividades en esa dirección. Este problema  puede solucionarse ágilmente con un calendario. La visión dada por Dios al liderazgo debe  traducirse en una programación efectiva y esta puede verse mejor en una planificación  anual, semestral o trimestral. 

Algunas iglesias han espiritualizado su falta de organización reclamando que es la  frescura del Espíritu la que ellos intentan, como si el Espíritu tuviera un contrato con  Polaroid y solo hiciera productos para cámaras instantáneas. Pareciera que estas personas  no pudieran entender que el Espíritu nos puede guiar al momento de planear, elaborar y  usar la cabeza respecto a los para, qué y cómo del ministerio juvenil en vez de solo hacerlo  en el minuto exacto que estamos abriendo la boca frente a los jóvenes. La verdad es que  estas son las iglesias que se quedan estancadas en la rutina, el uso de frases evangélicas  hechas (¿Cuántos están contentos?) y en el estrado de la condena; siempre es lo más fácil  de hacer decirle a los chicos lo que no deben hacer (como si no supieran). 

La siguiente es una lista de excusas comunes de por qué no se planea en los ministerios  juveniles: 

• Porque no sabemos hacerlo … 

• Por que no nos hace falta … 

• Por falta de tiempo y dinero … 

• Por falta de continuidad en el liderazgo, debido a la edad o transitoriedad … 

Quizás la última no sea un excusa sino un problema serio y una tendencia que debe  cambiar. Muchos líderes duran tan poco en su posición que es muy difícil calcular algo a  largo plazo. Pero sea cual sea la razón: no planear equivale a dejar las cosas libradas al azar  y depender de los artilugios personales del líder de turno. Si queremos una programación  atractiva y efectiva para cumplir con los mandamientos de Dios en nuestros ministerios es  necesario dedicarle tiempo y esfuerzo de reflexión a cada uno de los componentes del  programa y ubicarlos estratégicamente. Cuando se planea no se produce confusión y  duplicación de esfuerzos. Se ahorra tiempo y se trabaja con menos nerviosismos. 

Las necesidades esenciales de la juventud no serán resueltas en una reunión, por eso en  la correcta planificación volvemos a revisarlas vez tras vez desde distintos enfoques, quizás  desde los distintos carriles y con distintas actividades. En el caso de los carriles obviamente  es difícil que una sola actividad tome contacto con todos, lo cual pone en evidencia que  hace falta que también se haga planes en este sentido. 

En la correcta planificación siempre es bueno visualizar lo que se está haciendo. Medir  el éxito obtenido o planificarlo renueva el entusiasmo. La siguiente tabla tiene el objetivo  de servirte de ayuda para visualizar tu programación futura o pasada en cuanto a los  propósitos, los carriles del desarrollo y las necesidades. En cada casilla puedes poner lo que  vas hacer o lo que ya estuviste haciendo.

EVALUACIÓN PROGRAMÁTICA DE TRES MESES 



Mes 1 Mes 2 Mes 3


PROPÓSITOS




Adoración




Servicio




Evangelismo




Discipulado




CARRILES DE DESARROLLO




Físico




Intelectual




Emocional




Social




Espiritual




NECESIDADES ESCENCIALES




Sentido de Identidad




Ganar Independencia




Relaciones Significativas




Cultivar Valores




Descubrir o Reforzar Vocacion






Al poner los datos en la tabla se hace más evidente qué es lo que verdaderamente  estamos haciendo y cuáles son las debilidades del programa. Obviamente que también  puedes usar un calendario dónde puedas poner notas. En mi iglesia siempre trabajé  preparando calendarios anuales que todos los líderes guardaran en su agendas y además  publicamos uno mensual para que todos los jóvenes pudieran ver qué había ese mes y quién  participaba de cada actividad. 

La dedicada planificación también motiva la oración inteligente y la búsqueda espiritual  de dirección ante cada desafío: Esto es especialmente pertinente para América latina: por  regla general a nosotros nos cuesta programar y hasta nos enorgullecemos de ser  espontáneos. Pero deja a un veterano del ministerio juvenil, que sabe bastantes trucos  creativos para hacer en una reunión, decirte que con eso no basta. Innumerables veces me  encontré delante de la cara hambrienta de mis jóvenes si nada nuevo para darles porque no  había planeado bien lo que íbamos hacer. Otras veces dejé que la agenda de mi trabajo, mis 

estudios y cuestiones familiares afectara mi ministerio por no planear de ante mano cuando  iba a estar listo para dar lo mejor y cuando era mejor que otras personas estuvieran al  volante. Te repito la frase: no fracases por no planear. 

Recuerda, los programas efectivos se conectan: 

1. Con los 5 carriles del desarrollo. 

2. Con las 5 necesidades esenciales. 

3. Con los 4 propósitos para el área espiritual. 

4. Con lo que atrae a la juventud. 

5. Con el calendario anual (planificar). 

Ahora un capítulo de ideas prácticas. 

Capítulo 6 Hoja de Trabajo 

para uso personal o equipo de trabajo 

1. ¿Qué actividades puedes integrar a tu programación para influenciar positivamente los  cinco carriles del desarrollo? 

2. Pensando en cada una de las cinco necesidades fundamentales, considera las  características de tu ministerio y menciona al menos una actividad que puedes hacer para  responder a cada una de las necesidades. 

3. Haz una lista de lo que crees que más atrae a tus jóvenes y luego compara tu lista con las  respuestas que un buen grupo de ellos den al cuestionario de la página 49. 

4. ¿Por qué y cómo puedes contestar tus programas a los propósitos eternos dejados por  Cristo para la Iglesia? 

www.especialidadesjuveniles.com 6 

  

6Leys, L. (2009). El Ministerio Juvenil Efectivo: El arte de alcanzar y discipular a las nuevas  generaciones (85). Miami, FL: Editorial Vida.

Capítulo 7 

Ideas para una Programación Efectiva 

“La imaginación es más importante que el conocimiento” 

Albert Einstein 

¿Qué líderes no quieren que sus actividades causen una explosión en la juventud?  

Yo quiero. Dijimos al principio de este libro que no hay una formula mágica para el  liderazgo juvenil efectivo, ipero una buena cantidad de ideas innovadoras vienen muy bien!  Ya sabemos de los campamentos, los conciertos y las cruzadas. Seguiremos usando eso,  pero me faltan algunos conceptos que vengan rellenos de ideas frescas. 

En este capítulo aparecen las siguientes ideas de cómo elaborar una programación  acertada: 

• 10% de cambio funciona mejor 

• Aprovechar las fechas importantes de los jóvenes 

• Mantener latente el factor sorpresa 

• Favorecer sana competencia 

• Usar recursos de la comunidad 

• Sacar provecho de grandes eventos 

• Como lograr que tu actividad fracase 

10% de Cambio Funciona Mejor 

Carlos era un líder juvenil que asistió a uno de los seminarios que estábamos  compartiendo en una ciudad de Centroamérica. Cuando escuchó la historia de mis  alumnitos de tenis y cómo daban vuelta en círculos pensó — eso es lo que nos ocurre a  nosotros- Al terminar mi exposición él se me acercó y me preguntó si podíamos conversar  unos minutos. Me senté con él y ni bien empezamos a hablar me soltó una chorrera de ideas  locas que tenía para hacer en su congregación. Las ideas me parecieron fantásticas y lo  alenté a que siguiera con el buen trabajo que estaba haciendo. Al cabo de unos meses me  encontré a Carlos en un congreso y le pregunté como le estaba yendo y si había 

implementado alguna de esas ideas. Me miró con pena y con la cabeza baja me dijo que no  había podido. Ni bien volvió de aquel seminario trató de dar vuelta su ministerio juvenil y  hacer todo lo que no había podido hacer hasta ese momento. En contados días tenía en su  contra a media iglesia y sus jóvenes no había reaccionado a sus ideas como él esperaba. Sus  ideas eran geniales pero al haber querido cambiar todo de repente no había logrado que  otros entendiesen lo que estaba tratando de hacer y hasta sus jóvenes se sentían medio  confundidos. Volvimos a sentarnos a conversar. Esta vez le refresqué una palabra que es  muy importante en el liderazgo: proceso. Hacer cambios lleva su tiempo y pro eso cambiar  todo de repente no es el camino más conveniente. 

En mi propia práctica ministerial aprendí que cambiar de al 10% funciona mejor. A  veces estamos tan pendientes de buscar el factor: GUAUU (el cuál hay que buscar cada  tanto) que perdemos de vista que haciendo un pequeño cambio a algo que ya hacíamos  muchas veces genera una energía superior que a una cosa totalmente nueva ¿A qué me  refiero? Seguramente estuviste en algún campamento en el que tocaron de una forma nueva  una canción vieja o le cambiaron un pequeño detalle a un juego más viejo que el diablo y  fue un éxito increíble. Un himno tocado en tiempo moderno y un juego con un detalle  adaptado específicamente para tu actividad pueden ser un factor importantísimo par detonar  una explosión. Las cosas totalmente nuevas en general demandan un período de adaptación  o explicación que se pueden ahorrar con solo renovar un detalle a algo viejo. 

Ir renovando los programas y actividades hay que hacerlo de a poco pero con elegancia  y creatividad. Piensa en cómo darle una pequeña vuelta de rosca a las cosas que ya haces y  puedes encontrar una completa nueva dimensión de la actividad. 

Aprovechar las Fechas Importantes de los Jóvenes 

¿A quiénes no les gusta que recuerden su cumpleaños o que los feliciten cuando se  gradúan o hacen algo bien? El ministerio juvenil es un excelente ambiente para hacer fiesta  y la buena noticia es que las fiestas suelen ser una poderosa herramienta para romper el  hielo entre distintos estudiantes, integrar a nuevos miembros y hacer sentir valioso a uno o  una de tus jóvenes en una ocasión que es importante para ellos. Yo me acuerdo cuando era  adolescente y transportaba mi cuerpo a una reunión solo para estar en el lugar correcto para  que me llevaran a un cumpleaños que venía después. ¿Por qué crear un divorcio entre lo  que los jóvenes desean hacer y es bueno y la reunión? ¿Qué tal llevar la reunión al  cumpleaños o el cumpleaños a la reunión? Fue a nuestro Señor que lo criticaron por  pasársela de fiesta y Él fue el que comparó al reino de los cielos a una fiesta de bodas  (mateo 22:2–4). 

En nuestra iglesia instalamos una fiesta de graduación para todos los que terminaban el  secundario y otra para los que terminaban la universidad aunque fuera uno solo. También  una fiesta anual de bienvenida para los que entraban al ministerio de jóvenes viniendo de  las clases de niños. Comienzo y fin de clases y épocas de examen son fechas de estudios a  los que tenemos que prestar atención en nuestras actividades y en nuestros temas. 

También es bueno estar enterados de fechas importantes en las actividades sociales o  hobbies de ellos. Por ejemplo algún partido definitorio si tu joven practica algún deporte  por su cuenta o algún recital si ellos practican algún instrumento y van al conservatorio. Es  buena idea llevar al resto de los jóvenes si no tienes un grupo tan grande o al menos puedes  hacer una invitación abierta y ver quienes van. Para los jóvenes protagonistas puede ser una 

experiencia inolvidable tenerte ahí. Me acuerdo una de mis adolescentes que jugaba al  voley en un campeonato municipal y sus padres me contaron que pronto iba a ser la final.  Averigüé el día y me aparecí en el partido con algunas de sus amigas de la iglesia. Ella no  sabía que íbamos a ir y estaba ya jugando cuando sintió que tenía un grupo de fans en las  gradas que coreaban su nombre. Claro que le dio vergüenza (en especial yo), pero su  reacción hacía el ministerio juvenil y hacia mi nunca volvió a ser igual. 

Mantener Latente el Factor Sorpresa 

Ahora vamos por las bocas abiertas y las sonrisas de emoción. La queja más común de  los jóvenes respecto a la iglesia es que ir es: (todos juntos) ¡ABURRIDO! ¿Una de las  razones? Las actividades son totalmente previsibles. Se saben el orden, tus frases preferidas, el escenario nunca cambia y la única gran novedad es que ahora el grupo de  alabanza se aprendió una con saltito. ¡Vamos!… podemos hacer mejor que eso. ¿Qué tal  que llegues a la reunión y te encuentres con un video de cosas que hiciste en la semana?  ¿Alguien te siguió? ¿Cómo tienen eso? ¡Qué peligro! Mejor vengo más seguido. Llego y  resulta que está la cantante del disco que a mi me gusta y nadie había dicho nada. Me dicen  que mire debajo de mi asiento y me encuentro un chocolate. Llego tarde y noto que hoy hay  demasiados jóvenes en la reunión. Es que mis líderes arreglaron una reunión unida con otra  iglesia porque el tema es la unidad. Llego temprano y veo que hay una enorme cortina de  cartón tapando la puerta desde el techo hasta mis rodillas y tengo que agacharme para  espiar qué pasa, cuando veo un cartel que dice: “el que se humilla será exaltado — hoy  entramos bajando la cabeza.” Entro y resulta que el tema de la noche es reconocer quién es  el Señor y entregarnos humildemente a Él. ¿Qué tal, te empiezan a dar ganas de ir a esta  congregación? Falta mucho todavía, las posibilidades son inagotables. 

La sorpresa es importantísima para mantener la atención y el interés. Hacer siempre lo  mismo cansa y es un pecado cansar a los jóvenes con el evangelio. A mi me encanta pensar  en un Jesús divertido. Reviso los evangelios y encuentro que los discípulos se lo pasaban de  sorpresa en sorpresa. Primera reunión: Jesús convierte al agua en vino. Segunda: les pide  que le den de comer a una multitud y cuando ellos ya no saben como esconderse convierte  un par de panes y pescado en un festín multitudinario. Tercer sábado: aparece caminando  por el agua. Cuarto: manda unos demonios a unos cerdos. Quinto: resucita. Sexto: se les  aparece en el camino pero no les deja saber quién es. Es evidente que a Jesús le encantaba  andar sorprendiendo a sus jóvenes. 

Si te tocó estar en una iglesia de una ciudad grande es muy probable que entre tus filas  tengas a algunos jovencitos con desordenes de atención o que tienen demasiada azúcar  encima como para quedarse quietos durante toda una reunión. Esperar que se queden  sentados todo el tiempo sin moverse y sin hablar con los de los costados es inhumano  ¿Huhh? Si. Quizás esperabas que te diga como mantenerlos quietos toda la reunión pero la  verdad es que si ese es tu plan para los adolescentes es un plan equivocado. El movimiento  y la sorpresa son especialmente útiles para jóvenes inquietos y a los que les cuesta mucho  concentrarse. Considerando los cambios ocurriendo en los carriles del desarrollo y la  cantidad de estímulos que reciben hoy a través de la televisión y el cine, tenemos que  darnos cuenta que no podemos seguir usando siempre la misma estrategia. Un pastor de  jóvenes muy conocido hace un tiempo me discutía diciendo que lo verdaderamente  importante era la palabra y a eso era lo único que debíamos prestarle atención. Yo le dije 

que estaba completamente de acuerdo, pero le pregunté a qué se refería cuando decía “la  palabra.” Hizo un silencio y trató de retener las frases que pedían salir de su boca. Se dio  cuenta a dónde iba mi pregunta. “La palabra” en sentido estricto es Cristo. Él es el verbo, el  logos, el camino, la verdad y la vida. Ni siquiera la Biblia es esas cosas y mucho menos una  metodología de comunicación que se llama predicación. Cristo tiene que ser Él más  importante en todo lo que hacemos y debemos comunicar su voluntad y los propósitos que  nos dejó como misión, pero podemos hacerlo de maneras renovadas, frescas y sorpresivas  considerando la enorme competencia que tenemos por la atención de nuestros jóvenes. 

¿Algunas ideas más? Si puedes búscate alguien con una cámara y visita de sorpresa a  alguno de tus jóvenes. Puedes avisarle a sus padres lo que vas a hacer y despertarlos el  sábado por la mañana y entrevistarlos a ellos, mostrar su perro, etc. y después pasarlo en la  reunión y anunciar que por un tiempo todos los sábados vas a sorprender a alguno. Otra  idea es decorar tu salón, clase o templo según el tema que vas a tocar. En los campamentos  de LAGRAM tenemos la tradición de hacer las “noches en.” Se trata de una noche en que  todos los voluntarios decoramos el salón comedor según algún tema que hayamos elegido  antes y también nos disfrazamos a tono con el tema. Algunas de esas noches han sido en el  circo, la selva, Hawai, la cárcel, un hospital, el polo, el arca de Noé, el espacio, Madrid, el  lejano oeste y Pekín. Pero no es necesario esperar a un campamento para hacer eso. Puedes  hacerlo en cualquier reunión si lo planeas bien. ¿Una más? Ponte de acuerdo con algunos  padres y adultos de la iglesia y prepara una buena cena para abrir la reunión. Puede ser  pizza, espaguetis, tacos o lo que se coma en tu ciudad que preferiblemente sea simple.  Desde un rato antes de la hora de la reunión mantén las puertas cerradas y coloca un par de  voluntarios del lado de afuera que estén preparados para aguantarse la presión de los que  quieren entrar (es curioso pero cuando no pueden entrar es cuando más quieren hacerlo).  Que estén disfrazados de cocineros o algo gracioso y que mantengan el buen humor  mientras tratan que los jóvenes esperen afuera. Adentro prepara mesas con manteles para  que ello se sienten y pasados unos minutos (que no sean demasiados), abre las puertas y  dales la bienvenida a la cena sorpresa. Sirve la comida lo más rápido que puedas y no  tengas temor de cortar el servicio pasada cierta hora. De esta manera, además de la  sorpresa, le estarás enviando un mensaje a los que llegan tarde (se perdieron la comida) y  evitas mayores distracciones en el resto del programa ¿tema para la noche? Alimento sólido  (1 Corintios 3). Siguen más ideas en el resto de estas paginas. 

Favorecer Sana Competencia 

Un poco de competencia sacude la adrenalina. Es imposible negarlo, los seres humanos  tenemos un monstruo competitivo adentro. En algunos casos es un monstruo feo y  destructivo y por eso hay que aprender a domesticarlo. Si bien no podemos darle rienda  suelta tampoco funciona negarlo y no usarlo. Dios nos lo regaló para divertirnos, establecer  relaciones de equipo y sacar lo mejor de nosotros. Favorecer un poco de sana competencia  sirve para energizar cualquier cantidad de actividades. ¿Qué buen campamento no ha usado  cierta competencia? Lo mismo se puede traer al resto de las actividades juveniles. A  algunas iglesias les ha funcionado tener un cierto número de equipos fijos por año que  compiten para ganar un buen premio a fin de año (eso si, sus líderes recomiendan que el  premio debe ser bien bueno para que los jóvenes mantengan el entusiasmo). Jugar es  importantísimo para el ministerio juvenil. Los juegos facilitan la interacción, generan 

camaradería, propician entusiasmo y valorizan habilidades mentales, físicas, y emocionales  que no salen a la luz en la clásica posición de mirarle la caspa al que está sentado adelante  tuyo. El autor de Eclesiastés nos decía que hay tiempo para reír y tiempo para danzar  (Eclesiastés 3:1–4) y es obvio que los cristianos tenemos mucho que celebrar. Podemos  hacerlo jugando, creando actividades que rompan el hielo de la activa participación y para  eso ayuda mucho las competencias entre equipos. 

Claro que al hablar de competencia no estamos hablando de generar violencia ni peleas.  Estas son algunas ideas para mantener al monstruo que mencionábamos encauzado: 

• Usar equipos cambiantes entre actividad y actividad. Cuanto más dura un equipo  más serio se lo toman. 

• Combinar entre equipos naturales (ejemplo: hombres-mujeres) y equipos  fabricados. 

• Si el resultado está muy inclinado para un lado, hacer que se jueguen todo en la  última partida. De esa manera están todos en iguales condiciones para el desenlace y  solo se gana por una jugada. 

• Usar distintos criterios para armar equipos (ejemplo: por mes de nacimiento, por  escuela, por edad, por música favorita, por celebridad preferida, por azar, por  sorpresa abajo del asiento …) 

• No ser muy intensos nosotros. Es muy común ver líderes que se apasionan tanto por  la competencia que pierden el control de una atmósfera sana. 

• Tener en mente el propósito de la actividad. Sea para integrar, divertir o ilustrar  algún principio o tema, no debemos olvidar para qué la hacemos. Eso nos ayudará a  mantener la actitud justa. 

• Si sabes que cierto deporte o juego va a ser difícilmente controlado, evítalo. • Cuando tienes equipos grandes asegúrate de tener voluntarios “infiltrados.” Es decir  jóvenes o líderes en los cuales confías que trabajen para que más jóvenes participen  en sus equipos y mantener la actitud correcta. Digo infiltrados porque no  necesariamente están en el equipo como líderes oficiales, simplemente están como  los demás pero tu sabes que ellos si entienden el propósito más allá de la  competencia. 

Si no tienes un manual de Juegos consíguete uno urgente. Especialidades  Juveniles tiene uno de juegos editados por Mike Yaconelli que puedes revisar  visitando www.EspecialidadesJuveniles.com o encargándolo en tu librería cristiana  favorita. 

Usar Recursos de la Comunidad 

Uno de los pecados evangélicos ya mencionados en alguna de nuestras charlas de café  es el “templismo.” La limitación de no poder visualizar nuestros ministerios fuera del  templo. Hace poco conversaba con un líder juvenil que me decía que ellos no tenían  actividades deportivas porque no tenían un gimnasio como el nuestro. Claro que tener un  gimnasio nos ayudaba pero yo conocía el barrio de este líder y sabía que tenían un precioso  parque a tres cuadras de su centro de reuniones. 

En casi todos los barrios y ciudades hay cantidad de recursos que los líderes juveniles  podemos usar. Es increíble la cantidad de lugares y entidades que gustosamente podrían 

beneficiar nuestra programación juvenil sin tan solo empezamos a contar con ellas. En  algunos casos habrá que ir y sentarse con sus responsables. En muchos casos hasta sirve  para dar testimonio de Cristo y sobre todo sirve para que la congregación deje de tener ese  halo misterioso que tiene para los no creyentes. Me acuerdo la historia de Jorge. Él era un  líder juvenil de una iglesia bautista que muchas veces me había comentado que era  dificultoso para ellos crecer o tener reuniones juveniles atractivas en su templo tan viejo y  frió. En cierta ocasión Jorge conoció a la directoria de la escuela primaria que estaba en la  otra esquina de su cuadra y la misma señora le habló de una feria de atracciones que iban a  tener en la escuela para juntar dinero para pintar el frente de la escuela. Jorge decidió ir con  alguno de sus jóvenes y se encontraron con un precioso salón de actos con piso de madera y  sillas movibles ideal para las actividades juveniles. Cuando saludaron a la directora Jorge  tomó fuerzas y le preguntó si había alguna posibilidad de usar ese salón los sábados. La  directora le dijo que lo iba a pensar y lo iba a llamar. Esa semana la directora lo llamó por  teléfono y le preguntó a Jorge si con sus jóvenes se animaban a pintar el frente de la  escuela. Si lo hacía le daba todos los sábados del resto del año para hacer las reuniones de  jóvenes. Obviamente Jorge lo hizo. 

No se si es posible que te den un salón de escuela en tu comunidad pero si quiero  invitarte a que busques más allá de la frontera del templo para ver qué puedes usar a tu  favor. Es increíble como una de las señales de cantidad de ministerio efectivos es que  utilizan instalaciones y recursos que son de la comunidad. 

Una lista de ideas: 

• Oficina municipal de juventud: Muchos municipios o ciudades tienen una oficina  gubernamental de la juventud. En muchos casos aún por razones políticas, estás  oficinas están listas a darte ayuda para conseguir predios, permisos o conseguirte  descuentos para hacer eventos de beneficencia o aún evangelísticos. 

• Museos: ¿Tienes algún museo cerca? Acuérdate del desarrollo intelectual y aunque  al principio les suene que puede ser aburrido, pude llegar a ser muy interesante y  pude ofrecerte una salida bien diferente. 

• Parque de diversiones: ese parque o feria que tienes cerca puede perfectamente  servirte para que organices una salida con tu grupo de discipulado. ¿Tiene un costo?  Intenta hablar con el encargado antes y dile aproximadamente cuantos jóvenes  traerías y qué tipo de grupo son. Seguramente puedes conseguir algún descuento. 

• Centro de adolescencia: Algunos hospitales o sanatorios tienen centros o  departamentos de juventud. En estos lugares se puede encontrar dos cosas: Una es  médicos y o psicólogos que pueden ayudarte a dar alguna clase de educación sexual  o problemática juvenil. Claro que debes cotejar lo que le comunicarían a tu grupo.  Pero hay algunos temas neutros que perfectamente puede dar un no cristiano. Por  ejemplo: enfermedades venéreas, como se contagia el SIDA, de qué se trata y otros.  Lo otro que puede haber en estos centros es jóvenes internados. Ahí tienes una  excelente oportunidad de ministración. Organizar equipos que visiten a estos  jóvenes y les den testimonio del amor de Cristo es obviamente beneficioso para los  que reciben el mensaje pero también es una experiencia transformacional para los  jóvenes que lo dan. 

• Aulas de escuela: Además del ejemplo de Jorge, hay muchas cosas que se pueden  organizar en una escuela. Anteriormente compartíamos el ejemplo de esa iglesia que  empezó cursos de orientación vocacional. Otra idea es ofrecer asistencia escolar a 

los jóvenes a los que les cuesta la escuela. En muchas ciudades cuando los jóvenes  están por reprobar sus padres pagan por maestros particulares que ayuden a sus  hijos en una determinada material. Qué tal ofrecer eso gratis o más barato utilizando  los talentos de algún miembro de la congregación que pueda ayudar con eso. Sin  dudas que ofrecer algo así va a atraer la atención de muchos padres que empezarían  a esta agradecidos con el ministerio juvenil de la iglesia. 

• Plazas, parques y hasta cines entran todos en este consejo de usar los recursos que  ya están allí en nuestras comunidades. 

Sacar Provecho de Grandes Eventos 

Después de escucharme hablar de la importancia de establecer alianzas estratégicas  entre los pastores de jóvenes de una ciudad, una líder juvenil me confesaba que nunca había  dejado ir a sus jóvenes a un congreso muy famoso de su ciudad porque le daba miedo que  sus jóvenes la compararan con otros líderes que iban a escuchar ahí o que vivieran algo que  ella no podía darles y se terminaran desanimando con su iglesia. Primero que todo la  felicité por haberse dado cuenta y hacer la confesión. La mayoría de los líderes que  experimentan estos miedos o celos jamás se animarían a admitirlo. Más bien los tapan con  alguna justificación espiritualosa o la típica frase de “no estoy de acuerdo” la cual en  muchas oportunidades apunta a cosas insignificantes que ni siquiera son culpa directa de  los organizadores o pasaron una sola vez. Lo siguiente fue preguntarle por qué nunca había  pensado en ir ella con sus jóvenes y hacerlo una actividad de su mismo ministerio. Me dijo  que como el congreso era para jóvenes y no le interesaban tanto los oradores que elegían,  ella nunca había realmente pensado en ir. Ahí le dije con el corazón que pensaba que estaba  en un error. Si era bueno para que sus jóvenes tomaran entusiasmo, ideas y vivieran una  experiencia de grupo con el resto del cuerpo de Cristo, definitivamente si era para ella  aunque los oradores no fueran sus favoritos. 

No quiero decir que tenemos que ir a todo evento cristiano grande que nos pase cerca.  En muchas ciudades ya es imposible de hacer. Definitivamente si quiero animarte a que  consideres detenidamente a cuáles quieres ir como equipo de la iglesia y ponlos en tu  calendario y ayuda a publicitarlos. Muchos lideres solo publicitan los eventos que  organizan ellos. Eso está mal. Los eventos grandes proveen inspiración, dan una imagen  más completa de cuerpo, brindan posibilidades de ver cosas que no son alcanzables en la  iglesia local y puede ser una tremenda odisea ir juntos. También te invito a considerar  ciertos eventos deportivos importantes. Si en tu ciudad o país es importante el fútbol, el  basket, el béisbol o lo que sea que les guste a un buen número de tus jóvenes, llévalos como  parte de tu programa. 

Cómo lograr que tu actividad fracase 

Por último en este capítulo. Si vas a hacer que una reunión apeste hay que hacerlo con  clase. Practíca los siguientes consejos y te aseguro un desastre. 

1. No te prepares 

Si de verdad quieres hacer lo mismo de siempre y depender del humor de la fecha, no te  prepares. Aparece a la velada sin saber con quién vas a contar, sin extra materiales, sin 

tema pre-seleccionado y sin programar la participación de nadie más. Así todos,  incluyéndote, solo podrán improvisar, cantar las canciones que ya se saben, hacer los  juegos que todos conocen, usar los versículos que ya usaste y repetir esas frases evangélicas  que solo sirven para terminar de matar los espacios que ya estaban muertos. Un lujo de  desastre. Haz esto y te garantizo que tus jóvenes NO esperarán ansiosos tu próxima  reunión. A menos que solo vayan por que los llevan los padres o ahí están sus amigos,  tienes asegurado que no van a querer estar ahí. 

2. Solo incluye a los más populares (o espirituales) 

Puedes hacer que la mayoría y en especial los nuevos sientan que no pertenecen, solo  haciendo que participen desde el frente los mismos de siempre. Úsalos en tus ejemplos y  sobre todo piensa solo en ellos a la hora de establecer lo que vas a hacer y tienes asegurado  que los nuevos, los más tímidos, los menos atractivos y los que no son hijos de creyentes se  sientan que ellos no valen tanto, que tu grupo no es para ellos y que el programa no les  resulta atractivo. Algunos líderes no hacen esto con los más populares pero si lo hacen con  los más espirituales. Por eso hablan como si todos se supieran la Biblia de memoria,  siempre hacen competencias bíblicas, cantan las canciones con metáforas o símbolos sin  explicarlas y siempre ponen de ejemplo a los mismos angelitos del pastor. Una garantía de  desanimar a los recién llegados y de fracasar con los no creyentes. 

3. Diles qué hacer y hazte a un costado o vete al fondo 

Este consejo es seguido fielmente por una multitud de líderes mediocres. Siempre se  sientan aparte, nunca hacen lo que les piden a sus chicos que hagan. Son demasiado adultos  para ensuciarse, demasiado espirituales para jugar y demasiado importantes como para  ajustarse a las mismas reglas. Estos líderes no entienden que si quieres que jueguen juega.,  si quieres que crezcan crece, si quieres que confiesen confiesa, si quieres que se hagan  amigos dales tu amistad. A este tipo de líderes les encanta la palabra “privilegio,” y claro  son vistos por los jóvenes como una amenaza en vez de una solución. 

4. No preveas las transiciones 

La mejor manera de pasar de un componente del programa al otro para que todos vean  que no tienes idea de a dónde esta yendo la reunión es preguntar “¿y ahora que sigue?.”  Otro consejo magistral es ponerse a hablar con los que están arriba del escenario mientras  nadie más sabe qué pasa. Para los amantes de las música una buena es afinar o conectar  todo en ese momento aunque ya sabías que venía tu turno. También sirve que cuando vas a  llamar a alguien al escenario esa persona este lo más lejos posible y tengas que hacer chicle  con las palabras mientras el susodicho llega. Si hay un sketch u obra de teatro lo mejor para  arruinar el clima es tratar de mover todo a último momento. Todos estos son consejos  fantásticos si quieres que los programas funcionen a los tumbos y tus jóvenes reciban un  mensaje indirecto de que en la iglesia hay que hacer todo como salga.

5. No calcules los tiempos 

¿Quieres hacer que tus reuniones sean pesadas? Que cada participante actúe como que  lo de ellos es lo único que hay. Que el que abra predique. Que el que dirige la alabanza  predique también. Que el que pide la ofrenda también lo haga, que también predique el que  da los anuncios y después que el predicador hable hasta que pierda la voz. 

¿Quieres arruinar un juego? Nunca lo pares hasta que te pidan basta. ¿Quieres arruinar  el tiempo de adoración? Dale hasta que completes todas las posiciones, saltos, gritos y  saludos del disco que vas a sacar y vuelve a empezar. Claro que también hay algunos  consejos clásicos como: empieza a cualquier hora, no tengas horario de finalización ni le  hagas saber a cada participante cuánto tiempo tiene. 

6. Búrlate de algún adolescente raro 

Esto consejo hace la delicia de miles de adolescentes que ya sienten que llegaron tarde a  la entrega de cuerpos, caras y cerebros. Haz pasar al frente a algunos de estos y asegúrate  que todos se rían de ellos. Te doy fe que para ellos y todos los que se rían será inolvidable.  Decir en voz alta que una respuesta es estúpida es garantía de que la próxima vez todos  querrán responder. Ridiculizar delante de otros un peinado, un vestido, un maquillaje, unos  pantalones es siempre bienvenido por una generación que no sabe qué hacer para sentirse  valiosos. Usar nombres negativos, apodos humillantes e insultos es otra garantía de que  todos están descartando que eres una persona digna de confiar y sensible a sus problemas.  Si quieres que tus jóvenes no quieran venir a la iglesia, búrlalos y te aseguro un gran éxito. 

7. Haz todo a solas 

Hay un axioma que dice: planea a solas, trabajarás a solas y disfrutarás a solas. No  puede ser más cierto. Si quieres hacer todo como a ti te gusta y siempre hacerlo tu porque  lo haces mejor que nadie estás montando un show unipersonal y no un ministerio de la  iglesia. La iglesia es siempre cuerpo. Hay distintas funciones que deben ser hechas por  distintos miembros. No importa si el resto no puede hacerlas mejor que tu, el punto es que  deben participar para poder crecer. Deben practicar para poder mejorar y deben intentar  para animarse a más. Quizás una actividad salga mejor si tu la preparas solo, pero si así es  como es siempre, muy pronto se te va a acabar el repertorio y peor, los jóvenes van a perder  el interés. Claro que algunos líderes promedio tienen el truco de que llaman voluntarios  para hacer lo que no les gusta hacer y se reservan mostrando los dientes lo que ellos si  hacen bien. La falta de egoísmo se nota más cuando compartimos lo que nos cuesta  compartir, no lo que nos sobra. Los mejores programas son siempre aquellos en los que  más personas toman parte. 

Ironías aparte, es bueno reírnos de nosotros mismos. No creas que alguna vez yo no  seguí estos consejos para arruinar mis reuniones. Mi esposa puede contarte de las veces que  hice agua en algún programa. Lo importante es darnos cuenta de qué cosas estamos  haciendo mal y corregirlas. Nuestras actividades deben ser un lugar atractivo y seguro a la  vez que desafiante para la juventud. No debemos olvidarnos de que somos el pueblo del  “evangelio” - las buenas noticias - y debemos darlas con emoción, elegancia, excelencia y  variedad

Capítulo 7 Hoja de Trabajo 

para uso personal o equipo de trabajo 

1. Medita en aquellos cambios y mejoras que quieres hacer en el ministerio y ubica los  principales en orden de prioridad. 

2. ¿Cuáles de las ideas principales de este capítulo ves con más posibilidades de hacer a  corto plazo? 

3. ¿Cuál sería el plan de acción para sacar provecho de algunos recursos de la comunidad  que te rodean? 

4. ¿Cuál sería una buena forma de sorprender a tus jóvenes y qué te hace falta para hacerlo? 

5. ¿Qué piensas de los consejos para que una actividad fracase? ¿Cómo puedes 7 evitarlos en  tu ámbito ministerial? 

www.especialidadesjuveniles.com 7 

  

7Leys, L. (2009). El Ministerio Juvenil Efectivo: El arte de alcanzar y discipular a las nuevas  generaciones (99). Miami, FL: Editorial Vida.



Остання зміна: четвер 17 лютого 2022 10:06 AM